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LA INQUISICIÓN
á Ja Audiencia de aquel distrito, que podía delegar–
las en uno de sus miembros y otorgar títulos de ofi–
ciales y familiares.
En Ja Española distinguiéronse en un principio
por su celo de la fe, no sólo las autoridades eclésiás–
ticas sinó ·también las civiles. López de Gómara, en
efecto, celebrando los hec.hos de Nicolás de Ovando
que habia gobernado aquella isla (<cristianísima–
mente>> durante siete años, «pienso, dice, guardó
mejor que otro ninguno de cuantos antes y después
dél han tenido cargos de justicia y guerra en las
· Indias, los mandamientos del Rey, y,
sobr~
todos,
el que veda la ida y vivienda de aquellas pa1·tes á
hombres sospechosos en la fe y que sean hijos ó
nietos de infames por la Inquisición.»
1
Antonio de Herrera en su
Historia de los hechos
·de
los castellanos
dice acerca de la primitiva In–
quisición ele Indias lo siguiente:
«Y
habiéndose
proveído por obispo de Santo Domingo al doctor
Alejandro Gera.ldino Romano, se le mandó,
y
junta–
mente al obispo de la Conceción, que fuesen sin
ninguna dilación á residir en sus obispados, porque
los padres Gerónimos adYirtieron que desto había
extrema necesidad.
Y
el Cardenal de Toledo, que
era Inquisidor General, les dió comisión para que
como
inqui ~iclores
procediesen contra los herejes
y
apóstatas que hubiose.>>2
... c<Luego que se comenzaron á descubrir y po–
blar las Indias Occidentales, reflere otro célebre au-
1.
Jlistnria general 'de las Indias,
pág. 175, ed.Ribadeneira . Los
oidores que vinieron al Perú con el \'irrey Blasco Núñez Vela in–
tentaron, según ese autor, poner en práctica la misma disposición
reaL
Id.,
pág. 264.
2.
Década U, libro IT, pág. 58, ed. de Madrid,
16o1.