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~1-
~
mo
a
ciegas se abraza con lo que le lnandan
y
cree
·ce
que es justo ...... como el que es ciego corporalmen-
<< te no
vé
con
S\1S
ojos, sino con
~os
ajénos,
aEi
espí–
e(
rituah11ente, el qne no se f:ia de su entendimiento si–
<<
no del entendimiento del superior, ni obedece
por
lo
e{
que él vé
y
juzga, sino por lo qne ve, juzga y or–
·(( dena el superior, se lla1na, y es en cierta manera cíe–
«
go." Al pasar de vi sta e.=tas palabras ¿no
~ e
han
afiijiclo, cuando no irritado, nuestros
lect~res,
al descu–
brir en ellas la degradacion de la dignidad humana?
40. El P. Ri
vadeneira no inventaba, pues en las
constituciones de
S.
Ignacio, al hablar
de
la obedien–
cia en
la
parte 6a.
cap.
l.
0
nínn.
1
se encuentran en–
tre muchas ·estas palabras-''En1pleen1os todas nues–
tras fuerzas en observar la obediencia
al
superior, es–
ce
tando
á
su voz como
á
la de
J.
C. Sea perfecta la
ce
obediencia, en la ejecncion, en la voluntad, en la
in
te–
((lijencía, persuadiendonoe que todo ef3justo;
y
por una
·< especie
de
obediencia ciega, rechacemo& nuestro pa-
((
recer
y
juicio siendo contrario; y esto en todo cuan–
ce
to mande el superioe, sien1pre que no se prescriba
<<
algun pecado. Persuadánse los que viven bajo de
ce
l_a
obedencia, que son gobernados por la Divina
ce
Providencia, sirviendose del n1edio de los superiores;
<<y de tal suerte cotno si fueran cadáveres, que se de–
((
ja 1nanejar en todo sentido, ó como el baculo de que
ce
se sirve un anciano."
En
una carta que escribió
acerca de la obediencia, decía, que ''de la n1anera
·<<con que se aplicaba el aln1a
á
creer lo que n1anda la
ce
fé
católica, asi habia de practicarse lo que dijere
el
<<superior en cuanto no Bstuviese n1anifiestamente
ce
unido al pecado."
Es verdad que S. Ignacio se ponia en el caso de te–
ner dudas el súbdito
y
de exponerlas al superior; con
cuyo n1otivo prosigue asi el
P.
Rivadeneira-"cuando
«
el súbdito duda, si es pecado ó no lo que se le nlan–
c
da, debe proponer al superior su duda,
y
las razo–
·tc
nes que tiene para dudar;
y
si al superior le pare–
<ciere que aquella duda es vm;¡a
y
sin fundan1ento,
·(<puede
y
debe sosegarse
y
creer
á
su superior."
De
suerte que, añadan1os nosotros, todo va
á
parar al
juicio y voluntad del superior, guiado por DioE;,
parlll!
que el superior
guíe
al súbdito
jesuita~
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