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-326

suposiciones,

y

á

la vista siempre de nuestros pueblos

principiantes en la carrera política. Tomamos po:r

ejen1plo

·y

con1o punto de partida lo que se hubt>

practicado en la ilustrada Francia., donde con reli–

jion de Estado, aunque declarada la libertad de los

otros cultos,

y

despues sin relijion de Estado, pero

reteniendo la suprema autoridad el patronato, pues

dotaba á los ministros de los cultos cristianos,

dic-–

taba providencias á propósito de jesuitas

y

cuidaba

del cumplimiento de las leyes que no los consintieran.

Pasen1os ahora á una suposicion

1nas

g~neral

y

acle_,

]antada. Pongán1onos en el tiempo en que mejorado

el Estado social, propagada la ilustracion, guiadas las

masas por buenos directores, que no especulen, que

no engañen, sin pretesiones de ningun género el sa-·

cerdocio, devolvi0ndo todo lo civil al

C~sar;

y

libres:

los gobiernos de toda intervencion en :negocios ecle'-'

siústjcos, despues de declarar una absoluta libertad

de cultos, sin el título de proteccion :ni patronato;

en~

tónces ¿que hacer con las órdenes regulares, la com'"'

})atlia por· ejen1plo? Nada,

~in

o dejar

á

la conciencia

en plena libertad, para que asi con1o cada

eu.al

adora

á

Dios segun su conviccion, aun cuando yerre, sjga

tambien el método de vida que·le parezca 111-ejor, para

adquirir la única felicjdad que puede haber. en l.a tie:u;..

Ta-la paz de la conciencia

y

del corazon..

Y ¿cuales serán los derechos de los gobiernos'? A

esta pregunta·no <;¡ontestaremos sino con palabras

ge~

11erales-irnpedir que se lleve

á

efecto cuanto trastor–

ne los objetos sociales, políticos

y

civiles de cuya con–

servacion está encargado. Y si su celo escediese á su

poder legal, parar ahí,

é

invocar el poder de la

opinion

por medio de los escritores. Y si hubiere ciudada–

nos indolentes que, convencidos de la bondad de la

eausa, no quisiesen tener la honra de servir á la ver–

dad; los adversarios trabajarán

y

e.stenderán sus doc-·

trinas

y

triunfarán,

y

la posteridad maldecirá á lo&

egoístas

y

traidores; dignos seran de ello ......Pero

no~

la verdad será sien1pre presentada á la luz púbiieat

por filósofos escritores, que disiparan las preocupa–

ciones, avergonzando á sus tristes pateonos;

y

pocoB

serán los ciudadanos que por estravagru1111eia

quie1~a:n.

~er

jesuitas en uso de la libertad

q

ne se

p1ro,c1~1,nay