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Y
por poco que se reflexione,
~.qu e
diferencia
su~
tancial podía haber,
á
los ojos del golJierno, entre
Ull
colejio de jesuitas alzado
á
la luz publica,
y
esos
n1is~
n1osjesuitas esparcidos en se1ninarios
y
organiza9-o&
entte si para los fines
convenientes~
Y
fum·a
de
lolS.
seminarios, propagando doctrinas
y
eJerciendo
in–
fluencia en las congregaciones, 'en el pul pito, en el se-·
creto impenetrable del confesonario, cnyos efectos
oo
sienten en la sociedad, do1ninanclo la fanlilia. Ni ¡conJ.()
consentie un go"Qierno ilustrado
y
de progreso, que,
en pai.ses nacientes qne se van fonnando,. esten encar–
gado~
de
educar la juventud hon1bres
<.le
o·ficio
y
pro,.,
fesion apegados
á
máxin1as de absolutísrno
y
obediencia~.
ciega!
J
esnitas, es decir, gente de largo tiempo conoci–
da, con1ba.tida, afrentada,
y
que tiene una historiao
Jesuitas, es decir, regularet:> dependientes de un supe....
rior cstranjero, al que están ligados con vinculo mas.
fuerte que el que pudiera unirlos
á
la patria, si fue–
ran patriotas.
Y
¡ni siquiera son conciudadanos.!
J
e·
fmitas en
fin,
es decir, regulares henchidos de jesuitis–
mo cualesquiera que sean su hábito
y
su
non1br~
con
un
propio espiritu.
N
ada in1portaria linütar las otras
órdenes,
ó
reducir el nún1ero de sus i 1divilluos, si e
'OS
Yacios habían de llenarse con otros regulares penetra–
dos del espíritu de que estan1os hablando-No debe
haber gobierno que tal consienta,
y
si lo hubiese, se–
ria traidor á su 1nision
y
al
siglo.
· Y
en verdad, ¡con1o dejar
el
porvenir
de repúblicas
principiantes al arbitrio de .hon1bres, que
tien(~n
ideas
contrarias
á
las que la naciou
y
su gobierno han adop–
tado! ¡Los que han de for1narse para desacreditar fa–
tales preocuvaciones, entregados
á
la
direccion
de
1uaestros qne tienen
y
comunican esas preocupac1o–
l1C.$! ¡Lt>s destinados
á
dictar reforn1as, puestos en las
rnanotJ de los enen1igos de estas refornws! Si
l-a
opi–
nion es reina del mundo,
y
es ella la idea orjjinal es–
tmupada en el
ahna
p~ra
dírijir la conducta de la vi·–
da, los profesores introducen, estan1pan ideas
en los
cerebros de los jóvenes, ·
y
profcs.ores jesuitas
forn1ft–
rán en nuestros estados ]a opinion de los lejis1adores
y
rnajistrados pa'ra lo Yonidero,
y
por
n1edio
Je
ellos.
Tevocarán leyes. nuestras, que llarnan cisnulticas, he–
~·oticas,
Ílnpias.
¿O
los
jóven~s !nudará~1 ~~~ ~deas
cou