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tlia secreta, que dia y ·noche velara al rededor del
en·
1
tafalco para in1pedir el escándalo. Y los enemigos del
papa, que no podian manifestar su odio, arrancando
de su sepulcro los recuerdos de su gloria, lo rnanifes–
taron en odiosas sátiras, que con profusion se espar–
c eron en los pueblos: conducta impía, que provocó
la indiguacion de los an1igos del difunto, al verse
c[t–
lifrcado de destructor de los cánon es, perseguidor de
los clerigos, despoblador de los conventos, adorador
de ídolos." Nuestros lectores han pasado su vista an–
tes de ahora por estas palabras de historiador irre–
cusable.
Preguntemos pues: ¿quiénes serian los autores de
]os elojios,
y
quiénes los de las sátiras y del escánda–
lo? El n1isionero apostólico nos sirve de guia para
decir-los jesuitas estinguidos por Cle1nente XIV fue–
ron los únicos que le tributaron elojios en su muer–
te: las sátiras, el escándalo de arr<1ncar las inscripcio–
nes, fueron obra de los que trabajaron por la estin–
cion, que la celebraron y agradecieron
á
Clemente,
que le mnaron en vida, pero rnum'to
ya
le aborre–
cieron, llevando su odio n1as allá de la tumba. Tal
'es la lójica de nuestro padre misionero.
131 Ya dijin1os que el autor del "verdadero retrato
al daguorreotipo de la con1pañia de
J
esus era el R. D.
J\felchor Bon·fill, presbltero, misionero apostólico, so–
·cio corresponsal de la academia católica de Ro1na.
El autor "se propuso salir en defensa de la inocencia
calutnuiacla, borrar las manchas con que se trató de
~fuscar
las glorias de una órden célebre en el mundo,
descubrir ]as hazañas del ínclito instituto de Loyola,
~lesengañar
á
los ilusos, y trazar el cuadro histórico
do una de las obras mas grandes que hayan salido de
mano del hombre, y con mas perfeccion los hombres
hayan realizado." Los lectores han dicho ya dentro
de si-el retrato al
da~uerreotipo
de la compañia
no ha correspondido
á
las piadosas intenciones del
R. Bonfill! Repitamos por ,la milésin1a vez-Es–
tas santas gentes solo con1ponen obras para los suyos,
que no leen las contrarias, porque no les es penniti–
do: no escriben para convencer; sus pruebas no al–
canzan;
1~s
basta confirmar
á
sus adeptos eulajesuiti–
ca creencia.