-- 26(l _;,.,
·gaño al historiador panejirjsta, que los libros de.
G1.;
berti, esos que llama "'cañones cargados con la me_.
tralla de la cólera de un niño
y
q-ue no dieron fuego,"
produjeron
\ln
admirable efecto en el movinliento de
la Italia, acompañando el grito de la espúlsion de los·
jesuitas á los· de independencia
y
libertad.
72. Y
despues de hacer burla
M.
Cretineau-Joly
del propósito de Gioberti, que Hama ''lirismo sin pro-·
vecho, sin doctrina
y
sin porvenir," prosigue asi-–
"La
Italia se ha
h~cho
pedazos, cuando el mundo
se
estrelló contra ella. Su
nacionalidad éindependencia
ab–
soluta, no son mas que utopia: la Italia
no puede llefl_ar
d se
r un reino,
una república ó un estado federal---"Ja-·
:más
pued.enconprender,
y
mucho n1énos aplicar el sis–
tem a constit ucional;
y
en nuestra opinion semejante·
ignorancia.esuna gloria
y
una felicidad para un pue–
blo~ " Asi escribia M. <Jretineau,Joly en 1847 descu–
briendo·el color de su. sistexna político,
y
la Italia le har
respondido con. muchas voces eD·1860.
y
Garibaldi le
ha.
impuesto silencio con su heroisn1o;
M.
Cretine'au-Jo--
1~
¡estais castigado!
¡M.anes de
GiobertiL estais
venr-·
gados.
El seiior Gutierez de Ia
Huert•t:e.
ARTICULO
Vil~.
§.
l..o
73:.
Recuerden1nuestros lectores;
que
despues
de,
1~
bula re@taurad
ora de la compañia, que espidiera Pio ·
VII, se trató en
Madrid.dedar
un decreto real
al
caso...
El asunto.pasó
al consejo,y
era.
:fiscal el señor Gutier–
r,ez de la Huerta, quien trabajó un .largo dictámen, de·
q:ue vamos
á.
dar una.idéa á nuestros, lectores, para.
considerarlo.
Empieza el fiscal haciendo mérito ·de las
solicit\1des .
elevadas, para ''presentar
á
S. M.
el lastin1oso estado'
de la educacion publica, del progreso de la irrelijion,.
el libertinaje
y
los dogmas subversivos que han pues–
to en
combustion la Europa,
y
cubierto de horror
y·
crímenes todos los estado.s católicos-
N
o
está
muy·
conforme
el
fiscal con
e1
consejo'·
estraord~nario
en los·