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llama el señor Huerta, -habrían.sido criminales, nadie
lo
habria sido tanto como el monarca, por la gran par... -
te que le cupo en las
maneras indebidas.
78. En cuanto
á
la necesidad que supone el señor
fis'cal de que el asunto se entregase
á
la jurisdicion
contenciosa, mas de una vez nos hemos hecho cargo
de este argumento, ·y en esta propia obra.
N
uestros
lectores conocen perfectamente, que no es lo mismo en
la
sociedad política tratarse de la existencia
y
derechos
de los individuos, que de las corporaciones: que la exis–
tencia de estas, á diferencia de la de aquellos, no es.
absoluta sino condicional; pues si la ley les dió vida,
la ley puede quitársela, desde el momento en que cese
la·razon que las hizo vivir, ó desde que dejen de ser·
útiles á la sociedad: que perdiendo su existencia las
corporaciones, la conservarán los individuos sin estar·
en comunidad, pasando los fondos y rentas
á
la na–
cion, salva la parte que se destine
á
los exclaustrados:
que tal modo de proceder no es por castigo, sino por
escarmiento y precaucion, ó valiéndonos de las pro–
pias palabras del señor Gutierrez de la Huerta, por
que ''es propio de la autoridad tutelar suprema, que
debe velar en la conservacion y tranquilidad del esta–
do, prevenir la perpetracion de los crímenes, y no han
llegado á consumarse,
y
todas lás'diligencias precaucio–
nales interinas, gubernativas, y ·económicas, que con–
duzcan á tan saludables intentos)): que no procedién–
dose por castigo, no se ha menester juicio, ni viene
al caso hablar de penas, ni menos de pérdida de aque–
llos derechos que han renunciado los que ·se ligan es–
pontáneamente con votos solemnes, y que, en cuanto
está de su parte, dejan de ser miembros de la nacion,
de la cual los llama
parte integrante
el señor Fiscal.
Fuera de esta consideracion, hay 0tras reglas de
circunstancias, que sino tienen lugar en un gobierno
representativo, lo han tenido sin contradiccion en los
absolutos, cual era el de 'España,
y
de la mayor parte
de la Europa, en la época del estrañamiento de los je–
~uitas.
No
~e
trataba de castigar
á
estos
y
aquellos
d~