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27-0-

llama el señor Huerta, -habrían.sido criminales, nadie

lo

habria sido tanto como el monarca, por la gran par... -

te que le cupo en las

maneras indebidas.

78. En cuanto

á

la necesidad que supone el señor

fis'cal de que el asunto se entregase

á

la jurisdicion

contenciosa, mas de una vez nos hemos hecho cargo

de este argumento, ·y en esta propia obra.

N

uestros

lectores conocen perfectamente, que no es lo mismo en

la

sociedad política tratarse de la existencia

y

derechos

de los individuos, que de las corporaciones: que la exis–

tencia de estas, á diferencia de la de aquellos, no es.

absoluta sino condicional; pues si la ley les dió vida,

la ley puede quitársela, desde el momento en que cese

la·razon que las hizo vivir, ó desde que dejen de ser·

útiles á la sociedad: que perdiendo su existencia las

corporaciones, la conservarán los individuos sin estar·

en comunidad, pasando los fondos y rentas

á

la na–

cion, salva la parte que se destine

á

los exclaustrados:

que tal modo de proceder no es por castigo, sino por

escarmiento y precaucion, ó valiéndonos de las pro–

pias palabras del señor Gutierrez de la Huerta, por

que ''es propio de la autoridad tutelar suprema, que

debe velar en la conservacion y tranquilidad del esta–

do, prevenir la perpetracion de los crímenes, y no han

llegado á consumarse,

y

todas lás'diligencias precaucio–

nales interinas, gubernativas, y ·económicas, que con–

duzcan á tan saludables intentos)): que no procedién–

dose por castigo, no se ha menester juicio, ni viene

al caso hablar de penas, ni menos de pérdida de aque–

llos derechos que han renunciado los que ·se ligan es–

pontáneamente con votos solemnes, y que, en cuanto

está de su parte, dejan de ser miembros de la nacion,

de la cual los llama

parte integrante

el señor Fiscal.

Fuera de esta consideracion, hay 0tras reglas de

circunstancias, que sino tienen lugar en un gobierno

representativo, lo han tenido sin contradiccion en los

absolutos, cual era el de 'España,

y

de la mayor parte

de la Europa, en la época del estrañamiento de los je–

~uitas.

No

~e

trataba de castigar

á

estos

y

aquellos

d~