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70. Acabemos dando otra 1nuestra de
~f.
Cretineau–
J
óly.
El señor Vicente Gioberti habia
publicado~
·
d
jesui~a
moderno;
lo
que
bastó para exitar la cólera
del defensor de los jesuitas, que lo llamó "desprecia–
ble folleto, resurnen de acusaciones sin pruebas,
y
de locuras
:Y
sueños fanüísticos, desórden de inwjina–
nacion, manifestado á veces con todo el prestijio
del estilo, Don toda la
v~rbosidad
de un maniático,
y
<;on
toda la hinchazon de una poesia fanática: obra
concebida en el silencio de la injusticia, condenada
á.
la esterili·dad por la razon pública,
y
al silencio eter–
uo
por
el fastidio que provoca su lectura. Cañou car–
gado con la metralla de la cólera de niño irritado, no
dió fuego. El abate que desde mucho tiempo antes
fué incapaz de
~hacer
algun bien, se
h~
quedado im–
potente aun para hacer el rnal. Se m1de al hombre
de pies
á
cabeza,
y
no se ve sino un vacío, un globo
aéreo, inflado de redundancia italiana. Este libro vi–
virá solamente en la memoria de sn autor, como una
lnala accion añadida
a
las demas suyas.''
·Gioberti tenia otl·a
obra---primado 1noral y civil de
los
italianos;
y
M.
Cretineau--Joly la so1netió á su
~unarga
censura, diciendo así----"es una baja adula:.
cion, es un hijo bastardo del calvinismo frances,
y
ti–
po
de interesada adulacion y de popularidad servíl."
71. Sin
duda que el panejirico que acaban de ver
nuestros lectores, no dejaria
muy
agradecido al se–
ñor Gioberti respecto de
M.
Cretineau--Jo]
y; y
sin
en1bargo este ostentaba moderacion,
y
en correspon–
dencia la exjjia de su adversario,
y
asi hablaba al se–
ñor ·Gioberti-"el autor del
jesuita rnoderno
ataca al
autot· de la
historia de la emnpañia de Jesus.
Es una
provocaeion de escritor
á
escrito~·:
acepto el duelo
con todas sus condiciones, con la reserva solamente
de no
Strvirm.e sino de armas permitidas.
Euno ünitando
al abate Gioberti, estoy seguro de la victoria." ¿Qué
dicen nuestros lectores de esta ceguedad
y
vana con–
fianza de
l\1.
Cretineau--Joly? Acababa de 1naltratar
al señor Giobert1; y reprobandole las armas que
creia haber en1pleado, protesta q
a
e de su parte no
empleará en el duelo sino
las permitidas.
¡],unestas·
a1·mas de M. Cretineau--Joly, que todo se lo pennite,
.aun poniendo rcser ra! Sírva de verguenza
y
desen ...
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