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conntn,
y
proponiendose entrar en el de sns
n1ah1o"'
bras, non1bra
á
los cardenales hostiles á la compañia,
envilecedores de la Santa Sede, patrocinados por los
embajadores,
y
recompensados por los reyes, fn0ra de
algunos otros que recibirán el pren1io de su su1nision
á
las coronas, y de la reparticion de los altos desti–
nos á placer de la diplon1acia."
66. Diganle al autor nuestros lectores, que los je–
suitas que negaban la
venta
en todos sus escritos con–
tenlpotaueos
ó
posteriores,y que rechazaban aun en hi–
pótesis la idea de una
transacion
entre Ganganelli y los
· cardenales españoles,'' dan testiinonio contra
~1.
Ore.
tineau-Joly, que con sus documentos exhu1nados car–
ga sobre sí la responsabilidad, que am.istosan1ente
aparta de sus defendídos, estando por "ln
venta
y la.
transacion;
presentando el conclave co1no el lugar don–
de la sin1onia, el terror y la intriga acababan de crear
un papa; y despues de lo cual los directores de la
cleccion perdieron el sentido comun, esplotaron la
11arte que hahian tenido, y pensaron en sí propios.,
pues habia llegado el dia de los salarios." ¡Que placer
tendrían las sectas anti-cato-licas en el rato de
1
ectu–
ra que les proporcionaba el 1nuy católico y muy je–
suita M. Cretineau-Joly! Hacia la defensa de la
COlll–
pañia, aunque en vergüenza de la Santa Sede y de
la Iglesia católica. Ved ahi les decía, el feto n1ons–
truoso que nació de un conclave in1pnro-Olemente
XIV
para estinguir la con1pañia de Jesus.
§.
4.o
67. Vean1os ahora bajo
~1e
otros aspectos
la
des~
graciada propension de 1\L Cretineau-Joly-'•La igle..
sia galicana se neg6
á
aceptar el breve. El rey de es..
paña 'lo consideró conio insuficiente. La Corte de Na–
poles prohibió su prornulgacion bajo pena de muer–
te~"
¡Monstruosa estrañeza! resistirse
á
la aceptacion
del breve los 1nisrnos que lo habian solicitado. Le fal–
taba añadir una frase, y e·s la siguiente-"el
n1undo
imparcial convenia en la injusticia del breve, que ar–
rojaba un fermento de discordia en la iglesia.» No po–
día ocultar M. de Cretineau-Joly su mala voluntad á
Glenwnte XIV en su men1o-ria. Y sin emha1·go, usaba