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t1e circunloquios para agravar el encono al tien1po
de
disimularlo
y
decia-"Asi como el cardenal Baronio,
al referir en sus
anales
los crímenes ele algunos papag
del siglo
IX,
nosotros
á
su ejemplo nos creemos en
]a
necesidad de protestar nuestro profundo respeto á la
Hode apostólica, al juzgar á los hombres
y
sus faltas.>)
-"Llenos de respeto á la autoridad pontifical,
no juz–
gamos
un acto en1anado de la cátedra apostólica.
N
o
discutiremos la oportunidad de la medida, ni aun
las
injusticias
y
prevenciones de partido, que
tanto abundan
en las di versas faces de este
documento.»-~'Olemen
Jnente
XIV
habia condenado
á
muerte
á
la compañia
de
J
esus por llegar á ser pf.tpa;
y
la habia entregado,
entregándose él mismo á los que intentaban la destruc–
cion del instituto, para llegar n1as pronto
á
la del cato–
licismo. Los incrédulos creyeron en Ganganelli, le de–
clararon inmortal
y
modelo de los vicarios de
J.
0.»
J
uzgueli nuestros lectores los juicios
de;,_M.
Oretineau
J
oly
y
su profundo respeto al acto emanado de la cá–
tedra apostólica. ·
68.
Otra n1uestra del carácter
y
propension de
M.
Cretineau-Joly-"Aparecia mi obra como vna errata
que
se arrojó de in1proviso sobre 1a historia del siglo
XVIII.
Se trataba de la destruccion de los jesuitas,
acontecilniento poco conocido y rnenos apreciado, que
iba
á
ser juzgado sobre documentos auténticos.
Er1
l{.on1a, hollada por los pies de los mnbajadores é in–
trigantes,
y
por las cobardes condescendencias de Ole–
Inente
XIV,
se encuentra un periódico que proclame
a
este pontífice-no
inferior en piedad y sabiduría
á
sus mas
santos predecesores.
¡Y
R.oma consentia esto, cuando
tenia
á
la vista los escándalos del cónclave de 1769,
y
las
n1anchas de ese lamentable pontificado!-Cuando
1ni
pensamiento se detuvo sobre las negociaciones que
precedieron
y
siguieron
á
la exaltacion de Olen1eute
XIV,
no quise ni condenar
ni
absolver al jefe de
Ja
jglesia, sino simple
men
te aclarar un hecho desconoci–
do
y
que se referia á la historia-A mis ojos,
y
segun
los documentos que he publicado, lel papa Clemente
XIV
jamas ba sido tachado de crímen de simonía pro–
piamente dicho. Seria imposible encontrar en mi obra .
una acusncion directa
que
emane del autor, y que hi..
(!Ícse constar,
ó
al rnonos
insinuar este
crín1cn.>~