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el P. general Aquaviva, cuando
en
elojio de su pa–
triarca, le buscó ténninos de con1paracion, no entre
varones apostólicos, sino entre grandes capitanes
y
conquistadores.?
259. R.azon tuvo el parla1nento de Paris, apoyad()
en las constituciones
y
otros libros de la con1pañia,
para decir-"el instituto es inadn:üsible por su natu-.
raleza en todo estado culto, co1no contrario al derecho
natural, atentatorio
á
toda autoridad espiritual
y
ten1-
poral;
y
bajo el especioso velo de un instituto relijioso,
110
es una órden que aspire verdadera
y
única1nente
á
la perfeccion evangélica, sino mas bien un cuerpo
político, cuya esencia eonsiste en una actividad conti–
nua, para llegar por toda suerte de vi as, directas
ó.
Ü1~
directas, sordas
o
públicas,
á
una independencia abso–
luta,
y
sucesivamente
á
la usurpacion de toda autori–
dad." Tales son, entre otros 1nuchos quízá, los carac–
teres peculiares de los jesuitas.
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