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' .._ 201,_.

l)an

el tin1on

ele

·los negocios;

y

digan de ellos nuestros

leutores, si la direccion ·que tomaban,

y

la inftuencüt

qrte en esta parte ejercian sobre otros, era la puramen–

te

cristian

a

y

regula·r;

ó

si so colo e

y

pretesto de dirijir

las

alm.as,

se mezclaban eu las herencias, en1pleaban la

:astucia y aun la 3:udácia, ·dispntabau con las

univet~si­

dades, cen les obispos, e-n una palabra, se entrometiau

en los negocios seculares,

,y

buscaban su interes propio

n1ayor gloria de Dios. N-o miren tales acciones por

el as._p€eto miserable de quebrantar .Jas reglas, sin des–

precúvrlas, respetandolas, paTtid..a comun

á

~ua:mtos

se

.hallan rev-€stidos de frajilidad,

y

'que poi' lo 1n.isn10 casi

110 hay dereoho ·d-€ hace-r cargo por ella; sino de lo que

;practicaban s-erenameate, .en .con·ciencia

y

con c;reido

,Jerecho,

á

vista cle todo -el

ln-Hndo,

-€11 .nn:rcha parte

:s-in

·escárrdalo, y n1as bien

con a-laPd

e

y

ufania.

Por

e:::~te

aspecto mi·rC<n.

n-uestr.os

lecto·res

á

los pa–

·dres jesu·it-as,

y

deseubrirárH. ·e·l

~arácter

peculial' que los

.d;istingaia de .!as demas órdenes. Estas, en

-el-lengu.~je

teolójico de la aséctica

y

n1ística, j LultaeaH 1-a vida

-~-ontemplativa

y

la a-ctiva,

sín salir de -la

vida c

risti3Jlila,

Jnanteaiéndos-e en elola;

y

los jesuitas

aña.di-

an de :sll

propia ·cuenta

á

una

y

otra vida-la vida de.l s.tglo.

.Porque ÜBne vida del siglo, .el -que se engolfa en las

cosas del siglo;

y

son -cosas del s.iglo la act1n1ulaciou

de r

iquezas,

la arnhi<;io11, los pl-eitos, la astucia, la mo–

ral ·

relajn.da,

y

cuanto 1nas han visto

los .lecto.r·es

en

los ·cuadros histórices que les .henílos 1-wesenta.do: no

son caltunnias, son historia.

.

-y

p0r tener estos padres un carácto.r pecu.ljar suyo,

J~a .ret~tütado

,una anon1aüa indefinible, que los puso

en pugna desde .el principio de su aparicion,

y

que to–

ntaudo cuerpo en dos siglos, los hi.z<:)

intolerables

a

los reyes que los estrañaron,

y

al papa que los edtiu–

guió, despues de haber tenido un pensamiento seine–

jante otros dos papas. Por -eso sus -costu1nbres espe–

ciales,

y

hasta su

nome

n<;latura,

y

ese prurito como

niug;una

en to,nto

gra.do,

de atraerse

á

todos, nlorijera–

dos, tibios, laxos, an1igos de la hacienda njéna, enemi–

gos ele la ajéna reputacion, veraces ó nw11tirosos, buc–

uos ó

1n~tlos

h1jos; para todos tenian reglas singulares,

u.adie

qlledaba

cle~contento

sino todos

á

sn elevo-:

e!Oll.

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