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-200-

la

Santa

Sede. Delirio del deseo, suposicion

á

sabien;-Y

das fabricada, que luego luego había ele ser destnenti-–

da por las

legaciones,

que con sufragio directo dieron

al

cardenal

un

vergonzoso

y

hun1illante

cle.sengaño~

AR.TIOULO

XXVI.

Caracteres pecuUares de la Compafiiu,

253.

Con1paremos

á

la compañia con otras

órJe..·

nes religiosas para conocerla

y

distinguirla. La

pro~

fesion religiosa,

ó

sea la dedicacion

á

la vida espiritual,.

tiene 4iferentes 1nofli:ficaciones, que inducen distinta

denon1inacion. Los anacoretas, los monjes cenobitas

no tenían roce con la sociedad, vivian para sí solos. ·

Despues hubo relijiosos, que pensando en trabajar pa-–

ra

los hombres del siglo, recibieron las sRgradas órde–

nes

y

to1naron parte en el rninisterio espirítual.

Y

quie-·

nes asi procedían, lejos de desn1entir su profesion,

]a.

recon1endaban, en beneficio de sus hermanos del si–

glo, dentro de la esfera de la espiritualidad. Otros hn-·

bo que no contentándose con esta funcion comun

á;

todo el ministerio, se propusieron un

fin

particular

y

distintivo de su caridad, palabra que consagraba sus.

oficios hu1nanitarios

par~

hacerlos cristianos. Unos

dedicaban sus servicios

á

los enfern1os, otros á ]os ni–

ños huérfanos, ó

á

las escuelas que llan1aban pías, es–

tos

á

la redencion de cautivos cristianos, aquellos

a

la

predicacion, para convencer

á

Jos incredalos

y

con–

vertir

a

los creyentes de malas costun1bres,

y

esotros

á

viajar co1no apóstoles entre gentes bárbaras

y

civili–

zarlas con el evanjelio en los lábios

y

]a an1istacl del

trato, nacida de la dulzura del corazon. As1 variaba

de formas

el

espíritu relijioso, sin desn1entirse ni dar

n1árjen

á

que se dijera, que se buscaba

á

si n1ismo

y

no

á

J.

O.

y

su gloria.

254.

¿Se creen con derecho los padres de la coinpm–

pañia de Jesus.

á

o<;upar asiento entre los que acaba–

lllOS

de numerar? Lejos, muy lejos de nosotros el no re–

conocer entre los padres jesuitas hon1bres llenos de en–

tidad, varones apostólicos,y cuanto n1as haya de bueno

en una órden célebre, donde Javier

y

Bourdalone no

~stuvierou

solos. Nosotros hablarnos .de los que lleva.-