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nuevamente lo que este había hecho en las Indias,

y

fulminó excomunion contra los refractarios. El P.

Lainez de vuelta de su viaje á Roma, y consagrado

Obispo, se declaró abiertamente contra el decreto,

del Cardenal Tournonl y aseguró publicamente, que

''el Papa había declarado, que los misioneros podían

«

practicar las ceremonias

~ondenadas

por M. Tour–

«

non, cuando contribuyesen á la salud de los pueblos,

<<y á la mayor gloria de Dios." El P. Bouchet, que

fuera compañero de Lainez, Obispo de San Tomé, re–

vestido de los hábitos sacerdotales, y tomando por

t-estigo el cuerpo y sangre de

J.

C

. dijo q

ue "él había

ce

obtenido de la propia boca del Pfl.pa una declára–

«

cion precisa

vivce vocis oráculum,

se

gun la cual no

<< obligaba el decreto del Cardenal Tournon, y podían

<< los misioneros, sin temor de herir sus conciencias,

<< permitir la práctica ele las ceremonias, que el Lega–

ce

do condenó, pues de esta manera convertirí-an mas

<< fácilmente los gentiles á la fé."

321. "Llegada la noticia áRoma, se eseribió de allí,

que el Papa llamaba mentirosos á los que publica–

ban el

oráculo de viva voz;

de lo no que hizo caso el P.

Obispo Lainez, diciendo, que "el Papa Clemente XI,

<;era muy urbano, y timorato, para llamar mentiroso

«

al P. Bouchet, religioso autorizado,

á

quien estima–

ba mucho." Pero Clemente XI, eRpidió un breve, en

que confirmando el decreto del Legado, declaraba,

que se le

~abia

atribuido falsamente

el oráculo

.de

viva

voz.

(152) "El 1<?de Octubre de 1710 el Pontífice espi–

dió un decreto en confirmacion ele lo dispuesto anterior–

mente acerca de las ceremonias de la China, y se hi–

zo intimacion

á

los generales de las órdenes, cuyos

súbditos estaban empleados en las misiones. Tam-

. burini', general de

loBjesuit~,

respondió ·que iba á ha–

cer todo lo posible, para que las órdenes del Papa

fuesen ejecutadas con puntualidad. El año siguiente

1711, se hallaban reunidos en Roma los procurado–

res de las provincias de la compañia, y se dispuso

que para cerrar la boca

á

ios calumniadores, presen–

tase el general al Papa una declaracion espresa

y

tGr-