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tuvo miramiento á tal providencia, confirmó la usur
pacion con la violencia,
y
aun se avanzó
á
excomul–
gar al superior de los capuchino_s, por haber hecho
uso del rescripto,
y
publicado que los jesuitas no eran
-curas de los 1nalabares. En la excomunion decia el
Obispo que al tal superior no se le diese fuego, ni
agua, ni todo aquello de que tuviese necesidad."
"Los capuchinos insi.stian en su propósito, porque
los
jesuita~,
no solo en ·Pondicheri sino en otras par–
tes, hacían una mezcla monstruosa de cristianismo
é
idolatría. El padrejesuita Nobíli para atraerse á los
bramanes, tomaba el hábito
y
las maneras de vivir
de estos idólatras,
y
lo que hizo el padre Nobíli, lo ha–
cían los demas jesuitas. Aquellos llevaban un cordon
· de cierto número de hilos, como signo de su sacerdo–
-cio;
y
los jesuitas lo llevaban tambien. Las bramanes
andaban con un baston de nueve nudos;
y
los jesuitas
andaban de igual modo. Los bramanes se frotaban la
frente con ceniza del
~scremento
de la vaca, divini–
dad del pais;
y
los jesuitas hacían lo mismo. Los bra–
manes despreciaban altamente á los europeos;
y
los
jesuitas les hacían creer, que ellos no eran europeos.
Tenian ademas los jesuitas en Pondicheri fuentes
bautismales
y
confesonarios para los nobles,
y
otros
para los párias. Los malabares adoraban la vaca,
y
-en su honor se embarraban con el estierool de este
animal;
y
los jesuitas permitían lo mismo
á
los -cris–
tianos, con tal que el estiercol hubiese estado bende–
cido por los misioneres. El talí, ligado á un cordon de
ciento ocho hilos, es una especie de medalla, sobre la
cual está grabada la imágen del Dios Pilear, el Pria–
mo de los a.ntíguos,
y
es el signo del matrimonio:
lo~
jesuitas permitían
á
las cristianas llevar ese tali, con
tal que lo acompañen de un pequeño crucifijo, ó una
imágen de la Santa Vírgen. Los n1alabares tenían una
:fiesta vergonzosa, bajo el título de matrimonio: los
jesuitas la sufren,
y
nada encuentran de contrario
á
la santidad de las costumbres."
"Estas supersticiones se hicieron un motivo de dis–
puta entre los jesuitas
y
los otros misioneros;
y
para