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to; y si este no se ha logrado, es injusto el adivino en
retenerlo. No estará obligado; pues ya puso la dilijen–
cia, que es preeio estimable, y era accidental que se
siguiera ó no el efecto. No me agrada la primera sen–
tencia: el que ha puesto su trabajo, no ha enga..
ñado."
(197)
352.
Respecto de la limosna, pena dá leer al P. Vas–
quez, quien despues de haber sentado principios hu–
manitarios y cristianos, en cuanto
á
la obligacion de
1
dar limosna, dejó escritas las palabras siguientes-"no
es superfluo lo que los seculares pueden conservar pa–
ra la mejora de su estado y el de sus consanguíneos:
por donde apenas habrá supefluidad en los seculares,
aun cuando sean reyes, que sea superfluo
á
su estado,
Me parece igualmente que los seculares uo están obli–
gados
sub mortali,
sino en el caso de grave necesidad
del prógimo."
[198]
El P. Vicente Filliucio, despues de sostener, que
no pueden recibirse dos estipendios por una misa,
prosigue así citando á Navarro-"el sacerdote puede
aplicar por aquellos á quienes está obligado, ]a parte
del sacrificio que le es debida; pero como no se sabe
á
cuanto llega la parte de tres misas puede suplir por
la una que debía decirse y aplicarse entera á uno; lo
que pueden observar los que habiendo recibido mu–
chos estipendios, no pueden satistaoor á todos."
(199)
353.
A propósito de simonía, se han esmerado los
papas y concilios en desacreditar
y
reprobar
y
casti–
gar ese gravísimo mal que existe en la Iglesia cristia–
na, presentándolo en todas sus faces: parece que los
probabilistas hubieran tenido un empeño
contrario~
véanlo sino nuestros lectorefll. El poco ha. citado P.
Filliucio se espresa así-''si se dá una cosa sagrada
como pncio de un acto libidinoso, es simonía
y
sacri–
lejio, como si alguien ·confiriera un beneficio, ó pre–
sentára á él, por un acto venéreo tenido con la herma..
na del agraciado; pero si lo hace por gratitud, no hay
sacrilejio ni simonía, sino
á
lo mas alguna
irreveren~
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