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probable podría manchr algo;
y
el súbdito,
á
quien
los doctores le faei li t2vl.'Ían opinion probable en con–
trario, podri a de 'ObGdccer. Y el caos se estenderia,
á
vista de
b
doctrina consabida del P. Castr'o-Palao.
Viene á propósito una observacion . :Nuestros lec–
torBs recordarán, cual era la fuerza de espresion con
que San Ignacio inculcaba á sus díscipulos la necesi–
da4
y
calidades de la obediencia. Obedeced, les de–
eia, sometiendo no solo la -voluntad sino tambien el
entendimiento: obedeced como si fuerais bastan, co–
mo si fuerais cadáver
aJ
arbitrio de vues·tro superior.
Y ¿cómo llenar la voluntad del patriarca fundador
con la doctrina del probabi-lismo? ¿Cómo obedecer
de esa manera al superior, si escritores jesuitas mi–
nistran
á
súbditos jesuitas una doctrina segura en con–
ciencia para no obedecer, siempre que estén apo–
yados en opinion probable contra la obediencia? Aca–
bamos de oir_á Castro-Palao; que no "obstaba que el
superior mandase justamente; porque eso se enten–
día
probabiliter,
y
porque si el súbdito estabaobHgado
pTobabiliter,
tambien
probabiliteT
estaba desobligado."
Todas las sutilezas de los escritores jesuitas no bastan
á
componer tal doctrina .con, el texto de las
constitucio–
nes;
de suerte que en obediencia y respeto
á
ellas, nin–
gunjesuita debía ser probabilista, por lo menos den–
t.rode la compañia. Esta observacion no será perdi–
da, para que los lectores vayan descubriendo los ca–
ractéres del j esuitismo.
. Echemos ahora la vista
á
la razon alegada por el P.
Terillo.
A
darse por convencidos de ella los .proba–
bilistas, se seguiria. que el probalismo exijia sin pen–
sarlo; ¡quién lo creyera! exijia
certidumbre
para obrar.
He aquí la razon clel padre jesuita-''cuando hay ra–
zonp1·obable en favor de la opion menos segura, no
es.tásuficientemente promulgada la ley que manda la
p~rte
mas segura,
y
por consiguiente no obliga." Bien,
digamos nosotros: si las razones alegadas, á favor de
la opinion menos segura·
ó
menps probable, tienen
virtud de quitar á la
rrias
segura ó mas probable su
fuerza de obligar, con mejor
y
mas justo títuJo, las