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12B -

ciencia, y el noble

y

tierno sentimiento

des~

corazon'c

Siga norabnena

Ull

rú~ ti<.!o

en ot ro s pun tos morales el

dict:imeu ele su ptÍrroco, hombre docto

y

virtuoso, y

versado en materiaa que el pobre rústico no entien–

de, porque nada mas es que un buen hombre,

y

se ha–

lla en la necesidad de obrar. Ent0nces, y

r~pitiendo

nuestro anterior pensamiento, el rústico, que busca

luz, por no tenerla en sí mismo, se convence por jui–

cio propio, de que debe estar al dictámen de su pár–

roco. Pero en el punto de 1wobabilismo de que esta–

mos tratando, las cuestiones se versan .entre escrito–

res maestros de moral, que unos

á

otros se dicen, y

fuera de ellos, á otros hombres pensadores

y

capaces

de formar opinion propia,.que pueden posponer la su–

ya mas probable á la simplemente probable de otros

con seguridad de conciencia. En tal caso vuelven en

todo su vigor las reflexiones a,nteriores-es lícito ser

imprudente, seguir e1 partido en que los inconvenien–

tes son mayores que las ventajas, ymir_ar con ojo age–

no, aunque parezca menos sano que el propio.

Desde luego, los probabilistaa sostenían, que la opi–

nion probable servía de garantía

cbn

su mismo nom–

bre para evi'"ar el peligro de obrar mal; pero estas pa·

labras que

n '~.da

nuevo dicen, y que son pura y sim–

ple espresion de la doctrina del probabilismo, se apo–

yan en el falso supuesto, de que la sentencia menos

probable conserve

s~

nombre, es decir, merezca ser

aprobada y preferida en la práctica, habiendo otra

sentencia que la reprueba con mejores r;;tzones. La

simple enunciacion basta para conocer lo ruinoso do

un edificio, que se pretende levantar sobre tan mise–

rable fundamento. Repitamos ]a comparacion: ·¿será

prudente y racional mirar un objeto, con ojo ageno,

que tengo por menos sano que el mio?

¿Dios me

Ü>–

mará cuenta-de no haber obrado con la conciencia

de otro, posponiendo la mía, que me dictaba como

mas probable lo contrario?

A estar

á

la doctrjna

d~

los probabilistas, resulta–

ria un caos en ]a conducta de ]a vida y en la moraJi–

dad de las acciones. E l superior apoyado en opinion