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elloa talentos singulares, cuya lógica y erudicion
eran notables: el vicio e· taba en los principios adopta–
dos, y en dejarse dominar por el prejuicio de autori·
dad. Por eso leemos en sus escritos tanta abundan–
cia de citas de doctores; y no por cierto para osten–
tar erudicion, sino para presentar reglas prácticas de
conciencia. y garantías de su boudad moral, en la mu–
ch
edumbre de probabilidades, que daban seguridad
al
tierp.pode obrar.
350. Nonus contentemos con las observaciones an–
teriores: reflexionemos tambien sobre el mé\rito d'e ese
tan decantado y seguido probabilismo
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,
qne se daba
por regla segura de proceder, aun á presencia y en
comparacion de doctrinas mas probables. El 'enten–
dimiento humano no es capaz de hallar en todo la
certidumbre para tomar una resolncion, despues d:e
haber meditado: las probabilidades bastan; pero las
buscamos mayores, segun la gravedan de la
ma~teria.
Esto es suficiente para que se diga de nosotros, y nos–
otros mismos nos lo digamos, que obramos con pr:n–
dencia, cual cumple
á
seres racionales. Mas una ve.z
que haya mejores razones
ó
probabilidades para abs–
tenernos de obrar, seriamos imprudentes obrando,
pues era imprudencia, y no pequeña, tmnar resolu.
cion en un negocio, por la parte en que eran 1nayores
los inconvenientes que ]as ventaja.s. Ya ven nuestros
lectores, que este sería cabalmente el caso de seguir
la opinion menos probable en presencia de- otra mas
probable, y no como quiera, sino
á
juicio propio,
á
juicio de quien tiene que obrar; •como· si se le dijera,
que viese con el ojo ageno: lo que en materias mora–
les
ó
de conciencia era decirle, que se apoyase en con–
ciencia agena contra su concjencia propia. Esto nc
~s
cristiano, no es racional; es un delirio, un abEmrdo.
Desde luego sembrada está la vida humana de ci-r–
cunstancias
y
ocasiones, en que ocurrimos á las luc_es
de otros, cuando las nuestras Do aleanzan
á
satisfa–
cernos. Nada mas natural que, tmtá,ndose de
u·mtrili~J-·
teria profesional, consultar á los versados en ellár, seál
en artes ó en ciencias,
y
someter nuestro parecer al
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