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-128-

comuuicarla

á

los demas; es

per accidens

que

haya sí–

do infundida por el demonio." (194)

No olviden ni por un momento, ahora

y

en adelan–

te nuestros lectores, que nosotros discurrimos sobre

las doctrinas

r~conocidas

por los adversarios,

y

retor–

ciéndoles las razones -que alegan para defeuderlas.

Porque si el mago puede

h~cer

uso de la

cie~cia.

ad–

quirida por obra det demomo,

á

causa de que la Cien–

cia es buena y el pecado pasó, el ladron pudiera de–

cir tambien-"el dinero que yo tengo, aunque roba–

do, es bueno, y con mi indus_tria puedo usa1-:Io con ven–

taja: el pecado del robo es cosa pasada;

per accidens

es

que el dinero haya sido robado." ·si se dijese que en

el último caso hay obligacion de restituir, podna re–

plicar elladron

á

los probabilistas-"yo no hago mas

_ que usar de vuestras razones, y precisamente contra

esa.obligacion ha jirado el discurso: el dinero no es

malo, es cosa buena; el pecado del robo pasó;

per ac–

cidens

ha sido tenerlo de esa manera. A otros escrito–

res no sabría contestar; pero

á

vosotros sí, que me ha–

beis proporcionado modelo

y

razon."

Quizá adquiriría n1as fuerza la palabra del ladron,

si recordase á los padres jesuitas otra regla suya que

así dice-"es lícito pedir al mago, que deshaga el ma–

leficio, aunquB conste que ha de usar de un medio ilí–

cito" [195] Quizá ta1nbien se complacería el ladron

en saber las sentencias siguient es de escritores jesui–

tas. El P. Sanchez decia así- "si-el adivino consulta–

do por alguno ha recibido precio por la adivinacion,

y

narda ha hecho por lo que se deseaba saber con arte

del demonio, no pudiendo saberse de otro niodo, suceda

la cosa ó no suceda, está obligado á la r estitucion del

precio; pero si no fué omiso,

y

la cosa sucedió por ar–

te del demonio, no está obligado á restituir; pues él

puso unaobra aunque torpe." [196]- E l P. E scobar

s-e espresa de este modo-"¿estará obliga

el adivino

á

restituir el precio ele la aclivinacion, si el éxito no

ha correspondido al deseo del que

clá, y

á la promesa

del que recibe? Estará obligado,

y

no estará. Estará

porque se le ha dado un precio para conseguir un efec-

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