Previous Page  115 / 408 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 115 / 408 Next Page
Page Background

108-

tas provinciales se apoyan en un fundamento falso,

atribuyendo

á

toda la sociedad las opiniones estrava–

gantes de muchos jesuitas." El señor P;:tscal decía

así en su carta 17-"mucha diferencia hay entre los

(jesuitas y sus adversarios. Vosotros haceis verda–

«

deramente un cuerpo bajo un solo gefe; y vuestras

.:

reglas, como lo dije antes, os prohiben imprimir

f{

cosa alguna sin el consentimiento de vuestros supe–

e

riores, que responden de los errores de todos lo·s par-

• ticulares, sin que puedan dar por escusa, que no re-

• pararon en los errores que enseñan, porque tuvie–

«

ron obligacion de reparar en ellos, segun vuestras

«

constituciones, y segun las cartas de vuestros gene–

• rales Aquaviva., Vitelleschi

&~

Luego con razon se

«

os reprenden los errores de vuestros cofrades, que

«

salen en sus obras aprobadas pGr vuestros superio–

• res y por los teólogos de vuestra compañia."

N

os parece de suma importancia fundar detenida–

mente este pensamiento del señor Pa,scal, por creer–

lo como un conveniente preliminar

á

la 1nateria de

este artículo,

y

porque sostener al autor de las cartas

provinciales, es desacreditar y condenar de nuevo

las doctrinas laxas de los padres jesuitas.

344. Que haya precepto al caso de la prévia licen–

cia del general consta de las

constituciones

de la com–

pañia, parte

3~

capítulo

19

número

18

donde se pre–

viene, que "los libros no pueden publicarse sin la

aprobacion y consentimiento del prepósito general,

quien encargará el exámen á tres sugetos, por lo me–

nos, de doctrina sana

y

claro juicio en la facultad,"

-edi non poterunt in lucern sine approbatione atque con–

sensu prcepósiti generalis. N

o cabe duda en que tal pre–

cepto estuviese en observancia,

y

para ello recuerden

los lectores, que cuando el P. Tirso Gonsalez quiso

imprimir su obra, tuvo que seguir la

costumbre

de pe–

dir licencia, que no llegó

á

obtener, porque el gene–

ra.! juzgaba que no convenía se imprimiese tal doc–

trina, n1al vista de los cinco padres revisores, y no so–

lo de ellos. Los que gusten pasar la vista por las

obras de los padres jesuitas encontrarán la respectiva