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345. Sobre todo,

y

permitiendo

á

los padres de la

eompañia y su defensores cuanto gustasen, y desen–

tendiéndonos del mérito y fuerza de las razones ale–

gadas, nos reservaremos el derecho de hacerles este

sencillo y breve argumento. Si hupiéramos de con–

siderar

á

los autores, que defandiendo la opinion mas .

probable, sostuvieron que en presencia de ella no po–

dia ni debia seguirse la n1enos probable, no tendría–

mos cBxgo que hacer. En otros términos: si la mayo-

. ria de los paarBs de la compañia hubiesen opinado

como Gonsalez y demas que hemos nombrado, en–

tonces seria verdad, que Pascal había calumniado á

la compañia entera por las opiniones de pocos ó mu–

chos; pero si ]os que sostenían las opiniones que pu–

so en descrédito Pascal, y los que sostenían las con–

trarias, por parecerles n1as probables, no quitaban á

las primeras su probabilidad; y si llevando unos

y

otros la doctrina de que, se podía seguir una opinion

probable con segurida.d de concienciR. en la práctica,

aun en presencia y con1paracion de dicha opinion

mas probable, convenían todos en el principio; es ló–

jico decir, que debían admitir unos

y

otros todas las

consecuencias que natura1mente resultaban; que apro–

baban en la práctica eso n1is1no por lo que no estu–

vieran en la teoría; que todos

y

cada uno de los escri–

tores probabilistas de la compañia, y de los no escri–

tores instruidos en esas doctrinas, estaban mancomu–

nados en el sostenimiento del sistema, y daban por

buenas y seguras las <;>piniones ·de ·sus ca-hermanos,

que tal vez refutáran en sus escritos. De modo que

todas ellas quedabap dentro de la con1pañia, que si

en cuerpo fuera acreedora á los elojios que merecie–

ran las buenas

y

rectas aserciones, en cuerpo seria

responsable de las erróneas

y

laxas. Porque el cuer–

po, en su cabeza

y

alma debia reprobar altamente las

opiniones estraviadas de sus miembros, si en verdad

las creía estraviadas ó que no eran del cuerpo. Lue–

go han procedido con mucha ligereza todos los que

como Voltaire dijeron-"las cartas provinciales se

)>

apo7aban en u.n supuesto falso, atribuyendo

á

toda 1a

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