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conducirles en el
colegio
y
en el jardin
y
aun
á
ve.
oes á las casas de campo: que estén en compañia de
los nuestros durante las recreaciones, para que se
familiaricen .con ellos poco
á
poco, cuidando sin
embargo de que la familiaridad no engendre des..
precio.
4.
o
N
o se consentirá que los nuestros les casti–
guen ni les obliguen á colocarse en sus tareas entre
los demas educandos.
5.
0
Deberán congratularles con dádivas
y
privi·
legios conformes á su edad, alentarlos sobre todo
con pláticas morales.
6.
0
Se les inculcarán que es por una disposicion
divina que son predilectos entre tantos que frecuen·
tan el mismp colegio.
7.
0
En otras ocasiones, especialmente en las ex·
hortaciones, convendrá at.errarles con amenazas de
la condenacion eterna si se niegan
á
la vocacion
di \rina.
8.
0
Mientras frecuentemente expresen su anhelo
por entrar en la Sociedad, se debe diferir su admision,
siempre que permanezcan constantes; mas, si pare–
cen indecisos, entonces se les alentará incesante–
roen te
y
por todos modos.
9.
0
Se les amonestará eficazmente que á ninguno
de sus amigos, ni aun á su pRdre ni á su madre des–
cubran su vocacion antes de ser admitidos; porque si
entoncas les viniese la tentacion de retraerse, tanto
ellos como la Sociedad quadarán en plena libertad de
hacer lo que por conveniente tuvieren:
y
en caso de
que lograren vencer la tentacion, nunca faltarán
ocasione8 para hacerles cobrar ánimo recordándoles
lo que se les ha dicho, siempre que esto sucediere
durante el tiempo del noviciado
ó
despues de haber
hecho ya votos simples.
10. Con respecto á l(ls hijos de los grandes, no–
pies
l
sena4ores?
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