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cuales Estatutos se
v~
claramente, que así las discordias
intestinas y disensiones entre los individuos, como las
quejas y acusaciones de los estraños contra la Compañía
habian impelido
á
los Vocales, jnntoc:¡ en Congregacion
general,
á
hacer el estatuto siguente: "Por cuanto nuestra
Compañía, qne es obra de Dios, y se fundó para la pro·
pagacion de la fé y salvacion de las almas, así como por
medio de los ministerios de su instituto, que son las ar–
mas Pspirituales, puede conseguir felizmente el fin que
solicita. bajó del estandarte de la Cruz, con utilidad de
la Iglesia,
y
edificacion de los prójimos, tambien malogra–
ría estos bienes espirituales,
y
se expondría
á
grandísimos
peligros, si se mezclase en el manejo de las cosas del
siglo, y de las pertenecientes
á
la politica y gobierno del
Estado. Por esta razon se dispuso con gran acuerdo por
nuestros mayores, que como alistados en la milicia de
Dios, no nos mezclaremos en otras cosas, que son ajenas
de nuestra profesion. Y siendo asi que nuestra Orden,
acaso por culpa, por ambicion ó por celo indiscreto de
algunos, está en mala opinion, especialmente en estos
tiPmpos muy peligrosos, en muchos parajes,
y
con varios
Soberanas
(á
los cuales en sentir de nuestro Padre S. Ig–
nacio, es rlel servicio de Dios profesarles afecto y amor) y
que por otra parte, es necesario el buen nombre en Cris–
to, para conseguir el fruto espiritual de las almas, ha juz–
gado por conveniente la Congregacion, que debemos
abstenernos de toda especie de mal en cuanto ser pueda,
y evitar los motivos de las quejas, aun de las que pro–
ceden de sospechas sin fundamento. Por lo cual, por el
presente estatuto, nos prohibe á todos rigurosa,
y
severa·
mente, que de ningun modo nos mezclamos en semejan–
tes negocios públicos, aunque seamos buscadoR,
y
con–
vidados,
y
que no nos dejemos vencer
á
ello por ningunos
ruegos, ni persuasiones;
y
arlemas de esto, encargó la
Congregacion
á
todos los vocales que eligiesen.
y
aplica–
sen con tódo cuidado, todos los remedios mas eficaces, en
donde quiera que fuese necesario, para la entera cura–
cion de este mal."
21 Hemos observado á la verdad con harto dolor
de nuestro corazon, que así los sobredichos remedios, co–
mo otros muchos que se aplicaron en lo sucesivo, no pro–
dujeron casi ningun efecto, ni fueron bastantes pnra desar–
raigar,
y
disipar tantas y tan graves disensiones,
acus~-