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jurídicas, históricas, relaciones de viajes
y
curiosas no–
ticias de los tres reinos de la naturaleza; mística, teo–
logía
y
aún bella literatura, que en realidad sorprende
al
qu~
concienzudamente
y
sin apasionamientos lo
examina.
·
¿No significan nada en el movimiento intelectual
de aquellos siglos los grandes maestros padre José de
Acosta, Juan Pérez de Menacho, Alonso de Peñafiel,
Cristóbal de Cuba y Arce, Diego de Avendaño y Mar–
tín de J áuregui? Yo creo que alguno sólo de ellos,
como el célebre padre Acosta puede honrar con su
nombre toda una centuria.
De aquellos gloriosos tiempos son también Altami–
rano Gutiérrez Velázquez, autor de una hermosa obra
intitulada: <<Del Oficio
y
potestad del príncipe
y
gobier–
no universal de las Indias>>;Alonso Alvarado, que escri–
bió sobre varios ramos de filosofía
y
materias jurídicas;
el célebre Arriaga sobre la <<Extirpación de las herejías>>
el padre Bias de Atienza,autor de <<Cartas varias de las
misiones del Perú y otras cosas de aquellos reinos>>; Es–
pinosa Medrano, Nicolás Olea y Juan de Aguilar, so–
bradamente conocidos como filósofos nada vulgares;
el padre Fritz, que escribió <<sobre el gran río Marañón
ó Amazonas>>, en las misiones de 1?- Compañía de Jesús
geográficamente delineado; Calderón
y
Robles que di–
sertaron <<sobre las plantas del
Perú~>;
Bernabé Cobo,
que dió á luz diez tomos de <<Historia
natural»~
á quien
ensalzó grandemente el célebre naturalista español Ca–
vanilles; Bertonio, autor de profundos estudios «sobre
las lenguas quechua y aimará>>; Bentancourt, que pu–
blicó varios tratados de derecho civil y canónico; el
P. Juan Caxica, que escribió treinta .
y
dos volúmenes,
doce de
á
folio en español
y
en tres idiomas peruanos;
el padre Campuzano, autor de <(Filosofía
y
Anillo de la
muerte>>; Bernardino de Cárdenas, que publicó el <<Me–
morial de las cosas del Pérú>>; Carrasco del Saz, que di–
sertó sobre distintas cuestiones ·· jurídicas; Villacorta,
autor del <<Gobierno
y
régimen de las provincias perua-
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