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creo firmemente que estudiando con imparcialidad,
mesura y buen juicio el período colonial en el Perú,
por lo que á la cultura se refiere, no se ha1lará motivo
alguno para renunciar
á
aquel generoso legado, que la
Madre Patria
donó~
aún con menoscabo de su propio
patrimonio en muchos casos,
y
con un cariño y des–
prendimiento sin límites; y de lo cual no hay un ej en1-
plo parecido en naci(>n alguna del Orbe.
CAPITULO
IV~
FUNDACION DEL COLEGIO DE SAN ILDEFONSO
Uno de los centros docentes que más han ennoble–
cido el reino del Perú y la bellísima ciudad de Lima;
después de la Real
{J
niversidad Mayor de San Marcos,
fué el célebre Colegio de San Ildefonso
de
Religiosos
de 8an Agustín N. P.; el cual fué elevado al título de
Universidad Pontificia
por
la Santidad de Paulo
V~con
todos los privilegios que entonces gozaban las demás
Universidades, por Bula especial, dada en Roma á
13
de Octubre de 1608. Pidióla y obtúvola N. P. M. Fr ..
Gonzalo Píñeyro, siendo Procurador general en Roma,
y fué admitida y promulgada en el' capítulo interme-·
dio, que se celebró, año de 1616.
Fué este el primer Colegio de Regulares que se
fundó en Lima y uno de los primeros, sino el primero
en varones ilustres y en lucimiento de letras.
Antes de fundar dicho Colegio, estudiaban los re–
ligiosos en los Conventos mayores de la Provincia, en
donde procuraban hermanar las virtudes más austeras
con la ciencia que debe síempre adornar á los minis–
tros del Evangelio.
Pero con el aun1ento de la Provincia y el creci–
mi_ento notable de la población de Lima , de tal mane-