-17-
obispo de Chiapa muchas de las obras que corren con
su nombre. El mismo parecer siguió don Diego de
Saavedra, sosteniendo debían considerarse como apó–
crifas.
De todo lo ' cual se deduce lo mucho que se han
abultado los desmanes y desaguisados de los conquista–
dores, y, al mismo tiempo. la enérgica
y
valiente pro–
testa que de esos abusos hicieron los téólogos del claus–
tro salmantino como el padre maestro fray Alonso de
Córdova y Alfonso de la Veracruz, agustinos; el padre
Las Casas, Avendaño, Oseguera y otros. por parte de
los misioneros.
CAPITULO II.
DE LA LLEGADA DE LOS PRIMEROS RELIGIOSOS AGUSTINOS
AL PERÚ. FAMOSO CONVENTO DE DONDE PROCEDIAN Y TENOR DE VIDA
Q,UE LLEVARON DURANTE LOS PRIMEROS A:&OS DE LA CONQUISTA.
Por.elaño de
1548
en que gobernaba la España y
las Indias Occidentales el Emperador Carlos
V,
y la
Iglesia universal Paulo III y la Sagrada Orden de San
Agustín el padre Maestro fray Jerónimo
Seripando~
Arzobispo de Palermo y despues Cardenal de la Sante
Iglesia ron1ana y Presidente del Santo Concilio de
Trento, y una de las más brillantes y esplendorosas
glorias de la orden agustiniana, siendo provincial en
España de las dos provincias de Castilla y Andalucía
el muy prudente y venerado religioso padre fray Fran–
cisco Serrano y gobernador del Perú el licenciado don
Pedro de la Gasea, con título de Presidente, varón de
todas veras recomendable por la destreza en el manejo
de los negocios, que supo resolver con la sagacidad y
la prudencia lo que otros no pudieron con la fuerza de
las armas; después de las dos primeras horrorosas gue–
rras civiles entre Pizarros y Almagros; durando toda–
vía la tercera suscitada por Gonzalo Pizarro en el Cuz–
co, para cuya reducción y castigo y universal pacifica-
s