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licenciado Bartolomé de Albornoz en su <<Cartilla de
Contra.t>> libro 2.
0
título 3.
0 ,
desacredita á Las Casas
afeando su carácter y genio é impugnando muchas de
las afirmaciones de Remesa!.
El padre Fernando Ceballos, monje de San Jeró–
nimo en su obra <<Falsa Filosofía>> dada á luz en Ma–
drid en 1776, tomo 6.
0 ,
defendiendo á Hernán Cortés,
acusa al padre Las Casas de contradicciones, llamán–
dole ponderativo, declamador y en gran manera exa–
gerado, porque, según dice, pintaba al revés la índole
y propensiones del indio. Apoyado en los escritos de
Las Casas, hubo autor extranjero, entre otros, Sidney ,
que afirma sin rubor alguno haber destruido los espa–
ñoles cuarenta millones de índios; no contento con du–
plicar el número calculado por Las Casas, lo aumentó
todavía en diez millones, sin tener en cuenta que si
los conquistadores españoles destruyeron algunos cen–
tenares de indios, los ingleses en algunas de las tierras
por ellos conquistadas no han dejado ni rastro de la
primitiva raza.
El sabio limeño don José Eusebio Llano Zapata
también atacó duramente al padre Las Casas, censu–
rando sus escritos, negando ciertos hechos y poniendo
en duda otros. Vindicó la memoria de varios conquis–
tadores, apoyándose en valiosos y
fuértes argumentos
y
usando de un lenguaje templado
y
sobrio, no acudien–
do al insulto ni á la diatriba como usual y corriente er a
entonces. En sus <<Memorias históricas>> defiende abier–
ta y claramente al gobierno español y hace terribles
cargos y acriminaciones á la vida, carácter y costum–
bres ds los indios.
También el presbítero Ciriaco Morelli en su hbro
titulado <<Fas
ti
novi Orbis>> aduce pasajes escritos por
el dominico fray Tomás Ortiz que después fué obispo
de Santa Marta, censurando las afirmaciones en gr an
parte exageradas del padre Bartolomé de las Casas.
Finalmente el croni sta lin1eño fray Juan Melén dez
y el padre Antonio Montalvo, creen que no son del