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soN Tus PECADos. Y los
escriba~
y fariseos (prosigue el Evange–
>>
lista) luego empezaron á pensar y decir : ¿Quién es este que ha–
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bla blasfemias?¿ Quién puede perdonar
pecados~
sino solo Dios?
«
Y Jesus como entendió los pensamientos de ellos, les respondió,
»
y
d~jo
: ¿Qué pensais en vuestros corazones? ¿Qué es mas fácil,
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decir : Perdonados te son tus pecados ; ó decir : Levántate,
y
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anda? Pues para que sepaís, que
EL
HIJO DEL HOMBRE TIENE PO–
»
TESTAD
sobre la tierra DE PERDONAR PECADOS, dijo al paralitico :
»
A
tí
digo, levántate, toma tu lecho, y vete
á
tu casa. Y se levantó
»
luego á vista de ellos, y tomó el lecho, en que yacía;
y
se fué
á
»
su casa., dando gloria
á
Dios.
Y
quedaron todos pasmados,
y
glo–
»
rificab3n á Dios, que dió tal potestad
á
los hombres;
y
penetra.
»
dos de temor decian : Maravillas hemos visto hoy (
1).
»
El hecho es demasiado elocuente para demorarnos en hacer co–
mentarios. Solo
notaremos~
que el mismo Jesucristo quiso anti–
cipar la solucío:Q al argumento farisaico., que quince siglos despues
habían de repetir los protestantes,
y
mas tarde con ellos el Dr. De
Sanctis :
Solo Dios puede perdónar los pecados
(2). Muy bien,
decia el soberano Maestro : convengo que es de Dios el poder de
perdonar pecados. Pero., ¿no puede Dios
concederlo al Hijo del hom–
bre?
Pues para que sepais, que Yo en cúanto hombre tengo esta po–
testad, ahí van los milagros., como otras tantas pruebas irrefraga–
bles . Jesucristo mismo declaró en otra ocasion esta verdad, cuando
para autorizar la misma misíon de perdonar pecados., que confiaba
á
sus discípulos., les decia :
«
Se me ha dado toda potestad en el
»
cielo
y
en la tierra : id pues. -Como el Padre me envió, así
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tambien Yo os envio.
A
los que perdon.areis los pecados, perdo–
»
nados les serán
(3).
»
Mas sabidos los Hebreos espectadores de
ese hecho., que nuestros doctores reformistas, deducían de él esta
lógica consecuencia :
Loado sea Dios, que
DIÓ
TAL
POTESTAD
A
LOS
(i)
Matth., c. 2, et Luc., c. v. -
(2)
Ensayo,
pag. i8,
y
en otros lugares. -
(3) Matth., c. xxvm, v. i8 ; Joan., c. xx, v. 2i, etc.
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