-35-
cía. La abundancia de auxilios prevenientes que nos mereció su
copiosa,redencion; la eficacia .que dió
á
la cracion para poder impe–
trar las disposiciones necesarias para el valor de este santo sacra–
mento; la facilidad de poder formar con esos auxilios tales actos
el
pen itente; la copia de gracia que mfunde el mismo
sac~amento;
la
absoluta facultad de perdonar todos los pecados de que están dota–
dos sus ministros: la eficacia infalible
é
irrevocable de la absolucion
sacramental; los efectos admirables de la seguridad del perdon ob–
tenido, la paz
y
la tranquilidad de la conciencia, la gratitud
y
el
amor
á
Dios,
y
la esperanza segura de la salvacion eterna, que ella
infunde; la indulgencia que el sacramento otorga al penitente en la
parte satisfactoria que de sus culpas debe tomar,' todos estos bene–
ficios realzan en un punto culminante el mérito
y
la importancia de
la Confesion sacramental de la Iglesia católica sobre el rito peni–
tencial del judaísmo
y
el gentilismo,
y
hacen que efectivamente sea.
ella la moralizadora
y
salvadora del mundo.
El
protestantismo,
abo~
liendo el santo sacramento de la confesion, al paso que ha quitado
á
la humanidad doliente la mas robusta garantía de la tranquilidad
de su conciencia, de su reconciliacion con Dios
y
de su eterno feliz
porvenir, la ha hecho retrogradar
á
los tiempos sombríos· de la
gentilidad : ha convertido el Cristianismo en el judaísmo
y
el gen–
tilismo.