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los hombres, que en el siglo
XVI
protestaron,
habian creido en est
verdad evangelica, y habian recibido el sacramento de la confesion.
Lutero y Calvino la habían frecuentado
y
administrado con prove–
cho en los principios de su sacerdocio;
y
el primero habia sido el
maestro
y
defensor de su
institucion divina
hasta el año de
fof
7 en
la cátedra de Teologia de la universidad de Witemberg. Y sin
embargo, este hombre presuntuoso, obcecado por sus pasiones toma
la
dictadura divina
y
se constituye
Reformador
de las creencias del
cristianismo, que él mismo habia respetado,
y
enseñado;
y
con un
tono teocratico que asombra, dicta con respecto á los santos Sacra–
mentos las siguientes medidas : «Por de pronto niego que para mi
«
haya siete sacramentos;
y
quiero que
solo por algun tiempo
se es–
«
tablezcan tres, el Bautismo,
LA PENITENCIA,
y
el Pan (1).-
»
Cree–
ría Lutero, segun se vé, que los dogmas cristianos se podiari fun–
dir como la cera en la caldera, para sacar
y
formar de esa masa las
entidades sacramentales que mejor se acomodáran ásu gusto. Come
quiera, el Fundador de la
reforma
en el principio admitía
y
estable~
cia
para
SÍ
y
su protestantismo
el Sacramento de la Confesion
n
No tardó en columbrar el Jefe de la revolucion religiosa que el
simbolo, que acababa de dictar, no podía guardar ·armonía con su
conducta moral. La severidad de la Penitencia debía de constituir
un choque constante
y
en sumo grado desagradable con eJ desen–
freno de sus pasiones
y
de la.s de aquellos que seguián sus huellas.
La altivez de su soberbia, los arranques de su genio iracundo,
y
la indómita voluptuosidad que conculcaba lo mas sagrado de la
Religion, no podian simpatizar con la humildad, el arrepentimiento
mento,
y
s9lo negaban que por él se perdonasen. los crímenes mas graves;
ó
ad–
mitian que los sacerdotes justos no mas podían absolver de los pecados. Sola,mente
Wiclcf
y
Pedro de Osma negaron que la confesion fuese necesaria de precepto di–
vino; sin que por esto dejesen de confesar su antigua existencia en la Iglesia.
(i )
«Principio neganda mihi sunt septcm Sacramenta, et tantum tria
PRO TE 1\1-
,. PORE
ponenda, Baptismus,
POENITENTIA ,
et
~nis. "
In lib.
de Captiv. Babil,
init.