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, -

2!) -

<(

Como estas ideas han existido en todos tiempos

y

lugares, dice

·el erudito conde de Maistre, se ha hallado la confesion establecida

en todos los pueblos que habian conocido los misterios de

Eleusís;

del mitmo modo se ha encontrado en el Perú, entre los Brahmas de

la India, entre los Turcos, en el Tibet

y

en Japon (1).

>>

Y 1\ír. de

Huet nos

cita

tambien entre los pueblos modernos

á

los habitantes

de Siam, de Tonquin, de la Coréa

y

una secta en la China, que

admite la penitencia de los pecados con todas las formas cristianas

de confesion, de absolucion

y

de satisfaccion (2).

Con respecto al Perú bajo el imperio de los Incas, el Dr. D. Se–

hastían Lorente en su

Historiet antigua del Perú,

escrita con crite–

rio

y

erudicion

y

publicada recientemente, dice

á

nuestro propó–

sito :

(f

Ciertos ritos de los indios sorprenden por su analogía

con.el

culto cristiano ... Recordaban la

PENITENCIA

de la manera menos

equivoca en la confesion

y

expiaciones practicadas, sea

á

causa

de grandes trabajos, sea para prepararse

á

las solemnidades del

culto. El Inca se confesaba solo con el sol

quien adoraban por

Dios),

y

despues de haberlo hecho se lavaba en el tingo

ó

confluen–

cia de dos corrientes y esclamaba: Yo he dicho mis pecados al sol,

tu oh rio, recíbelos y llévalos al mar, donde nunca mas parezcan.

- El vulgo elegia sus confesores en cualquiera de los dos sexos,

y

lo3 habia mayores

y

menores conocidos bajo el nombre comun de

ICHURIS,

y

otros menos usados. A la confesion precedía un sacrificio;

sobre las

c~nizas

del objeto sacrificado daba el pen"itente un soplo;

luego lavaba su cabeza en agua corriente, entregaba al

ichuri

una

bolita de barro puesta en una espina de giganton,

y

principiaba

la

relacion de sus culpas esclamando

á

gritos: - Oidme, cerros

y

llanos, condores que volais, lechuzas, sabp.ndijas

y

todos los ani–

males: yo quiero confesar mis pecados... En penitencia se impo–

nían ofrendas, ayunós continencia, cambio de vestido, lavarse el

p.

28

y

sig. En el

Catecismo de perseverancia,

por Gaume, lecc, 39. -

(f)

Del

Papa~

lib. 111,

c. m,

~

L - (2)

Ibitl.