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Clemente, se practicaba la confesion sacramental en Jas Galias en el
siglo u. Segun nos refiere San Ireneo,
á
la sazon Obispo de Lyon,
tanto la multitud de mujeres que imbuyeron en sus
er~ores
los
Valentinianos, como las que corrompió con encantamientos y filtros
el famoso impostor Marcos, y las otras muchas que en la misma
ciudad de Lyon sedujeron y prostituyeron sus perversos
discípu~os,
todas
iban arrepentidas á hacer la Confesion secreta aun de las cir–
cunstancias mas ocultas
é
internas, pero· en presencia de los fieles
que se congregaban en la Iglesia; y esto no como quiera, sino que
sucedía muchisimas veces,
~sto
es, cuantas por la fragilidad muje–
ril incurrian en semejantes manchas y delitos; tan conocido era ya
entonces el dogma de la necesidad de la confesion sacramental para
alcanzar el perdonde los pecados y la eterna salvacion.
Illce vera sce–
pissime conversce ad Ecclesiam Dei, confessce sunt, etc.
(f).
Pala–
bras que indican, que tampoco en las Galias se conocia todavía ley
canónica sobre
la
p~nitencia pública.~
pues es sabido que cuando se
estable_ció esta ley, no admitía mas, que una sola vez á los penitentes
públicos. Si algunas de esas mujeres convertidas por su excesivo ar–
repentimiento quisieron hacer esta pública reparacion de sus es–
cándalos, parece que fué enteramente espontánea, y que causó una
admiracion edificante al mismo San Ireneo, como llevamos notado;
ó bien fué impuesta por el sacerdote su confesor, én reparacion de
algun escandalo público.
El santo sacramento de la Confesion no era instituido únicamente
para las mujeres. En aquella misma época frecuentaba en Roma,
con ·los demas hombres que se reunían en la Iglesia, él célebre
Cerdon, mas tarde heresiarca declarado. Hé áqui, como el mismo
San Ireneo refiere el hecho :
«
Cerdon, antecesor y maestro de
»
Marcion, vino de la Siria á Roma bajo el pontificado de Higinio,
)) Papa octavo despues de San Pedro; entraba en la Iglesia
muchas
(!)
S. Iren.
Contra hi:eres.,
lib. l, c.
VI,
n.
, et c. xm, n.
o
eL
n. 7.
Patrol.
grcec.