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en estas visitas administrar

á

los fieles el sacramento de la Peniten-–

cia : costumbre que imitaron sus inmediatos

sucesores~

como lo va–

mos

á

oir de la pluma de su amado discípulo San Clemente Romano,

en úna de sus preciosas

y

genuinas

Epistolas

á

las Virgenes.

«

Si en

»

estas excursiones (es un obispo socio de los Apostoles el que

>>

habla), nos sucede entrar en algun lugar., en donde se hallan,

»

sin hombre alguno, solo mujeres

y

vírgenes fieles, las cuales

»

nos instan para que pernoctemos alli; de dia las reunimos en un

»

local,

y

colocadas ellas en

el

lado derecho, las llamamos de una

)l

en una,

y

las examinamos cerca de sus acciones, deseando que nos

»

revelen claramente su conciencia (sobre las cosas que ellas sola_s

»

pueden manifestar.

Despues d.e hecho esto, se acercan todas jun–

»

tas; las preguntamos, sí viven en paz

y

les damos consejos que in–

»

funden la virtud de la castidad

y

el temor de Dios. En seguida

»

les leemos la Escritura, que se la

expli~amos

breve

y

modesta-

>>

mente, guardando exterjormente la gravedad, que retrata la

'

>>

circunspeccion del animo. Hacemos estas cosas para que ellas

»

queden edificadas

y

robustecidas. Tambien hablamos

á

las mu-

»

jeres sus

compañerqs

(

ó

catecumenas), en el modo que corres-

>>

ponde

á

su estado. Si entonces se aparta el dia

y

se acerca la

;,

'noche,

y

por esto no podemos irnos

á

pernoctar en otro lugar,

»

rogamos

á

una de las mujeres mas ancianas

y

virtuosas, que nos

»

señale un lugar separado, en que no entre

algu~a

mujer

ó

vir- .

>>

gen. A la mujer anciana incumbe el cuidado de traernos luz

y

»

todo lo necesario

(1).

»

(J)

«

Si contingat nos incidere in locum ubi, absque ullo viro, solre repe–

»

riuntur mulieres et

virgip.es

fideles qure instant ut ibídem pernoctemus, in

" unum 1ocum eas congregamus; his deinde ad dextrum latus collocatis, inqui–

'' rimus de singularum' agendi ratione, ab ipsis discere cupientes qure ipsre solre

,, manifestare queunt. Quo

per~cto,

omnes simul accedunt; sciscitamur ab eis

»

utrum pacifice v:ivant, et monita eis damus qure castitqtem ac Dei timorem r.e–

'' dolent. Deinde legimus ipsis Scripturam quam breviter ac verecunde

~ommen'' tamur; servantes exterius gravitatem qure mentis circunspectiopem pingit.

.1•

Hrec omnia agimus ut illre

redi:fl

cent.ur

ac roborent'ur. Mulieres etiam qure