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f05-

»

á

los once Apostoles y

á

todos los demas (Luc. 24, 9). Luego

por

»

la noche

estaban las mujeres congregadas·con ellos, cuando les

))

apareció Jesus (1).

»

San Lucas nada dice de la permanencia de

las mujeres piadosas en aquella casa hasta la noche. Antes las es·

cluye al referir el hecho de dicha aparicion, pues teniendo de cos–

tumbre hacer expresá mencion de ellas, cuando se halÍaban en la

asamblea, aquí no dice de ellas palabra :

Y hallándose congregados

los once_,

y

los que estaban con ellos, sepusoJesus en medio de ellos,

y

les dijo

:

Paz á vosotros

(2). Aun en el supuesto de su presencia

en tal aparicion del Señor, no seria esta un título aparente para

pretender la investidura sacerdotal, que quiere regalarles el Sr. De

Sanctis, siendo un hecho evidente

é

irrefragable que Jesus jamas

las ha confiado mision alguna de esta naturaleza, y San Pablo po·

sitivamente las excluye del ministerio (3). Se reirán los dialecticos

al oir

á

nuestró Doctor, que discurre así :

«

En el día de la Aseen–

»

cion del Señor se reunieron en el cenáculo ciento veinte perso–

»

nas, inclusas tambien las mujeres (Hechos apost. L HS). Luego

'11

las mismas personas en

igual numero estaban congregadas

»

cuarenta dias antes en la casa en que apareció Jesus la noche de

»

su resurreccion (4)

t

»

Convenimos con el Evangelista San Lucas, en que los que esta–

ban congregrados en la noche de la resurreccion,

y

á

los c"uales el

Señor dirigio por primera vez el saludo -

Pax vobis_,

eran

los

once Apostoles,

y

los que estaban con ellos

(5): y no tendríamos

embarazo en afirmar, que

á

todos estos los ordenó Jesucristo en esa

noche :

á

los Apostoles de Obispos, y

á

los demas de sacerdotes;

pues estos eran del número de los setenta

y

dos,

á

los cuales taro–

bien de antemano el mismo Señor les había confiado el ministerio

de la predicacion (6) ;

y

deberíamos creer, que

á

todos estos

disci-

(i)

Ensayo,

pag. 25. -

(2)

Luc., c.

XXIV,

v.

33. -

(3)

i.

Cor. c.

XXIV,

vv.

34

et

3o. -

(4)

Ensayo, cap. 25. -

(5) Luc., c.

xxrv,

v.

33.-

(6)

Luc., c.

x.-

En

efecto vemos, que S. Pedro consagra obispo

á

uno de estos, :Matias, sin ordenarle