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103-

>>

que en ambos pasajes se habla, fué dada

á

todos los

discípulos,

>>

incluso las mujeres, que se mantubieron reunidos,

á

los cuales

»

se les apareció Jesucristo en la noche del mismo dia de la resur–

,)

reccion,

y

les dirigió las citadas palabras de San Juan ;

y

no es

»

otra potestad que la de predicar el santo Evangelio ; potestad que

>>

no es propia de algunos hombres, ni ha sido comunicada á ellos

))

por otros hombres, sino que

~s

propia

de todos los dzscípulos de

)>

Jesucristo~

no porque sea una potestad inherente

á

ellos, sino por–

»

que está unida

á

la divina palabra,

á

la palabra de Jesucristo, que

»

vive en sus discípulos , y al Evangelio de Dios que es salvacion

>>

para unos

y

perdicion para otros (1. Cor.

L

18; 2. Cor. 4, 3).

>>

Entónces era la vez de hablar Jesucristo de la confesion como

»

condicion necesaria para el perdon ; pero lejos de eso dice, que

>>

la remision de los pecados se baria por medio de la predicacion

»

en su nombre: como refiere San Lucas -

Y les dijo: Así está

»

escrito~

y

así era menester que el Cristo padeciese

y

resucitase al

»

tercero dia de entre los

muertos~

y

que se predicase en su nombre

»

penitencia

y

remision de pecados

á

todas las naciones

(

1).

Ved aquí un cumulo de men tiras, sofismas

y

absurdos. Analice–

mos esta algarabía. Y ante todo, es falso, que

«

todos los teologos

»

romanos,

y

el mismo Concilio de Trento, convengan en que las

»·

palabras del cap.

xv1

de San Mateo, reciben su fuerza .por las

>

palabras citadas del cap.

xx

de San Juan.

»

Tertuliano, San Ci–

priano

y

un número considerable de otros Padres y teologos ense–

ñan que por las palabras de Jesucristo

á

San Pedro, que relata

~an

Mateo en dicho lugar, quedaba ya perfectamente establecida la su–

premacía de San Pedro en la Iglesia fundada sobre él por el Reden·

tor, y conferida al mismo Apostolla plenitud de la potestad de atar

y

desat~r;

por manera que si despues de la resurreccion nada mas

hubiese dicho el divino Maestro, relativamente

á

.]as facultades cor-

(t)

Ensayo,

pag.

24, 25, 26

y

3L