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evangelicos se dá tanta ·potestad
á
~edro
y
á sus sucesm·es como
á
la
mas idiota esclava que hasta ahora ha habido en el christia–
nismo
(i). -
l.,os di-scípulos de la nueva escuela, que han jurado
libre sumision
á las palabras de su·maestro, al oir este fallo, escla–
man_ con estrepitosos
apl~usos-
BRAvo!. .. Y con esto concluye la
escena ·del sonambulismo protestante, tan respetuoso encarecedor
y
.
.
\
defensor del
EVANGELIO PURO.
Por esos pasajes biblicos, no solo quedaba instituida la gerarquia
sacerdotal, encargada de la direccion de los fieles, con su propio
Jefe soberano; sí que á la vez se habían fijado las bases fundamen–
tales de la constitucion y el gobierno de toda la Iglesia. Una potes–
tad que, sobre la vigilancia que debia emplear para mantener el .
órden público de la sociedad religiosa, propagarla
é
ilustrarla,
tenia el precepto di vino ·de juzgar tanto las acciones mas ocultas
de la vida privada de cada miembro de ella, como las mas intimas
operaciones del entendimiento y del corazon, atando
ó
desatando
con razon y justicia, tenía bien marcadas las orbitas respectivas, en
que debia girar : el fuero externo y el interno se hacían gigantez–
camente visibles
y
palpables: la plenipotencia recibida que par–
tiendo del cielo, dejaba allá su apoyo en que debia descansar y
robust_ecerse, no conocía
nin~una
clase de limitacion, ni podia ha–
llar embarazos en la debilidad humana. Nada pues faltaba para
poderse decir, que el sacramento de la Penitencia, no menos que
el sistema gubernativo, quedaba ya suficientemente instituido
y
promulgado antes de la pasion y muerte del Redentor.
Sin embargo, el Salvador del mundo, antes de ausentarse quiso/
poner el seilo divino á su obra, de una manera mas solemne
y
mas
explicita para darle perpetuidad. Habia ya triunfado de la muerte
y del infierno levantándose vivo y glorioso del sepulcro, en cuyos
lóbregos senos la incredulidad impía habia querido sepultar eter-
(j)
Ensayo,
pag.
23,
etc.