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ción, ella habíase afligido algo, por cuan–
to ya no aspiraba sino á ir al cielo: pero
que la Virgen le rlirigió una mirada de
dulce reproche al no querer aceptar con
resignación las disposiciones 4e Dios.
A esto, que ella no sabe
SI
debe lla–
marse sueño ó cosa distinta, siguió el
rezo de la segunrla
Ave Mn.ría,
la ins–
tantánea curación
y
la recuperación de
la salud.
Habiéndose esta mañana publicado el
hecho por el predicador de la novena de
la Purísima, al pueblo que llenaba la ,
Iglesia parroquial, fué grande la conmo·
ción. Todos bendicen á María Santísi–
ma; y más que todos la bendice la favo ·
recida que ahora, mientras escribo, nue–
ve horas después del acontecimiento,
está sana, robusta y sin ningún vestigio
del mal pasado."
El escritor de estas páginaR, presente
en Pratovecchio, también la visitó po–
co después, encontrándola tan fresca y
vigorosa, que á no ser por un prodigio,
hubiese parecido una fábula el que po·
cas horas antes hubiese estado agoni–
zante : y supo por ella misma con minu–
ciosidad todo lo ocurrido, sin exceptuar
la razón secreta por la que le pareció
que la Virgen le dijo que tenía que que–
dan;:e en el mundo.
Y se ha quedaclo,
Pn
efecto: pues,
hasta la fecha, ,catorce años que van