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la joven Horeau de improviso t·ecuperó
la vi::;ta. Aho1·a ella distingue los obje–
tos más diminutos
y
lee sin la menor
dificultad."
(Anales de
N.
D. de Lurdes
30
Aout
1889
pag.
143-144.
Sea que se bate de su origen, Rea que
se hable de su naturaleza, la realidad
del mal y de la curación ínstantánea es
tan positiva, como positiva es la reali–
dad de los ojos c0n qne Emilio Zola pu–
do escribü• su novela.
XI
Durante el desfile de aquella misma
procesión de
20
de agosto de
1889,
hu–
bo un caso del que mucho se habló en
toda la Francia.
Pedro De¡annoy,desde seis años atrás,
es decir desde
1883,
adolecía de
ataxia
locomotr·iz,
reconocido
como tal por
diez y seis médicos de nueve hospitales
de París: y entre estos, por el Dr. Char–
cot, de la Salpett·ierH, que lo . había asiR–
tido.
Po:· razón de oficio,
todos
habían
dejado constancia escrita de la enfer–
medad. Aquel infeliz había sido mar–
tirizado á fuerza de cáusticos, de hierro
candente y ,cincuenta 8uspensiones: to–
do inútil. El estaba ya en el terce!' pe–
ríodo de la enfe,rmedad, en el que las
.
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