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ximadamente más de quinientos por
afio.
ARí, el Presidente de la oficina médi–
ca ahí establecida, doctor Boissarie,
dando cuenta de las curaciones anota–
das, con proceso verbal, desde Abril de
1893
hasta Abril de
1894;,
ha escrito que
ellas sólo en las primeras semanas de
las peregrinaciones mayores de
189'3
lle–
garon al número de setenta;
y
todas las
ha especificado y numerado una por una
(Anales de
N. D. D.
Lourdes
25
Marz.
1884,
n.
10).
Además, de muchas otras, no se hace
mención, porque los que las lograron,
no tuvieron el cuidado de hacerlas reco–
nocer por los médicos, sino que les bas–
tó Aspresar en su corazón su agradeci–
miento á la Virgen de la que las implo–
raran.
Es igualmente cierto que no todas las
curaciones que ahí se obtienen son igual–
mente admirables, ni tienen la misma
importancia,
'DÍ
manifiestan en el mis–
mo grado lo sobrenatural. Sin embargo,
en gran parte son también admirables,
á
lo menos, por el
~odo
instantáneo con
que acontecen,
y
exceden á la natura–
leza.
Para desbaratar la risible critica de
Emilio Zola, que, en su novela, presu- ,
pone ser las enfermedades imaginarias
6 fingidas,
y
por lo mismo fingidas
ó