-21-
miembros de la Academia Médica, mé–
dicos de nuestros Hospitales.
Yo no puedo dudar de las disposicio·
nes que animan á mis colegas, y que
los excitan
á
tener comunes conmigo
las cr0encias y la fe. Y así, junto con
la facultad de Lilles, @On la Sociedad
de San Lucas y con la Clínica de Lur–
des, tenemos una. espléndida demostra–
ción de este movimiento, que cada día
se ensancha y propaga más en
toda
la clase de médicos doctos.
No tan sólo en Francia se logra ese
buen fruto; sino también fuera. como
en Bélgica, en el Canadá, en Beyrouth,
en la república del Ecuador y en otras
de la América del Sur.
Hasta los que entre nosotros, profe–
san la religion. guardaban la mayür
reserva acerca de los milagros. En la
actualidad me llegan muchísi
mascar–
tas de colegas, en las que se me di.cl'\: he
leído con el mayor agrado ' la obra de
usted, acerca de los milagros de Lur–
des; nada creía de ellos, antes de leerla,
pero el libro de usted me da
á
cono–
cer milagros evidentes, irrecusables: me
someto.
Hoy en alt.a voz se habla del mila–
gro, se disputa acerca de él, se investi–
ga.
.Bil profesor Desplats de Lilles pro–
pone que se nombre una comisión per–
manente que esté encargada de exami-