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Nnprendido largos viajes por la Francia,
á fin de preguntar á todos los que hubie–
sen podido tener parte en los hechos
que debo narrar. Me ha gustado expo–
nerlo todo mientras viven toclavía los
testigos, para qne puedan ser buRca.dos,
y pueda rehacer·se con ellos las in ves·
tigaciones que he hecho á fin de averi–
guar las cosas. He querido que cada
uno de mis lectores pueda examinar lo
que afirmo,
reconocer la verdad si he
sido verídico, y avergonzarme si he
mentido."
El volumen de Lasserre fué, no leído,
sino devorado en Francia, y lo mismo
en los demás países de Europa
y
Amé–
J'ica: fué
reimpreso eomo 90 veces,
y
traducido en 22 idiomas; aún hoy se
reimprime y sigue pasando por las ma–
nos rle miles y miles de personas: ha
servido y sirve inmen::;amente para au–
mentar la fe y la pierlad hacia la Purísi–
ma Madre de Dios. ¿Y mientras tanto?
Mientras tanto se espera que de las filas
de los incrédulos salga un valiente, uno
sólo, á darle un desmentido serio. Y,
sin embargo, hace más dP. 24 años que el
libro está publicarlo.
En apoyo de Lasserre vino el Sr. Ar–
tus de Alen<;on. Convencirlo él de la
curación p1·odigiosa, concedida por la
Vir~en
de Lurdes
á
una sobrina suya,
el d1a 23 de Julio de
1871
retó en
L' Uni-
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