Previous Page  96 / 132 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 96 / 132 Next Page
Page Background

-92-

mas que en ti,

y

desde este lugar de mi cautiverio no pon–

dré mi atencion sino en tus bellezas

y

delicias.-¡Oh hermosa

Jerusalen! exclamaré como el profeta de Belen, si llego á ol–

vidarte, si con los adoradores del mundo toco los instrumentos

músicos en este pais de destierro, que se seque

y

quede inutil

mi mano derecha; sino te tengo siempre presente en

mi

alma, si

no prefiero á todos los deleites el de pensar en tus dulces alegrí–

as, si ausente de tí modulo jamás cánticos de júbilo

y

contento,

que se pegue

mi

lengua á mi paladar

y

se quede muda. ¡Oh que

feliz nueva cuando vengan

á

decirme que es preciso abandonar

este valle de quebranto para irá reunirme con los santos del cie–

lo! ¡Oh que dichoso instante cuando me anuncien que es pre–

ciso ir á la casa de Dios para hal>itar eternamente con éH ¡Cie–

lo venturoso, morada deliciosa de los justos, felices

y

afortuna–

dos los que habitan en tí, porque alabarán

á

Dios por los si–

glos de los siglos.

Giiiller1no.-Mi

Don Elíseo, mañana al despuntar la au–

rora volverémos

á

despedirnos, quizá para n.:> vernos mas.-Guí–

llermo

y

Gerardo partieron hablando en voz. baja, casi inperoop–

tible, como el melancólico zumbida de la palma que se inclina.

agitada por las ráfagas del vendaba!.