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del Dios víctima, para obtener un próspero
y
feliz vlaJe.
Gerardo.-¿Mas
por qué un culto que se dice la expresion
de la verdad, se ha rodeado de esa multitud de ceremonias?
Eliseo.-El
culto externo se halla tan íntimamente uni–
do al sentimiento religioso, como la palabra
á
la idea, y el
amor
á
su manifostacion. Así el hombre tiene necesidad de
estar fijo en sus creencias por medio de objetos exteriores.
Cualquiera religion que estuviese reducida
á
lo puramente es–
piritual, y que no hablase
á
los sentidos para prodncll: en el
corazon sentimientos de amor
y
de reconocimiento hacia Dios,
caería en un vago idealismo. Los ritos y ceremonias del cul–
to católico, son la sensivilidad de nuestra fé, son la expre–
sion de nuestros sentimientos hácia Dios é inspiran
á
los pue–
blos costumbres suaves. El rey de Prusia Federico II. protes–
tante, asistiendo un dia en Breslan á una misa solemne cele–
brada por el cardenal de Zinzendof, no pudo dejar de decir
á
este prelado: "Los calvinistas tratan á Dios como un servi–
dor, los luteranos como á su igual, pero los católicos le tra–
tan como
á
Dios. "Voltaire mismo se enternecía viendo las ce–
remonias de la Semana Santa en Roma, singularmente la ado–
racion de la Cruz en el Viérnes santo. Muchos protestantes
convienen en que el piadoso espectáculo que la Iglesia presen–
ta á sus hijos, es infinitamente mas propio para conmover el al–
ma que los sermones y los cantos religiosos. "Los santos, dice
Flenry (intrudc. al derecho ecle.) que gobernaron la Iglesia
en los primeros siglos, habían conocido la importancia de to–
do aquello que hiere ó hace impresion en nuestros sentidos, co–
mo la belleza de los lugares, el órden en las asambleas, el si–
lencio, el canto, la magestad de las ceremonias. Todo eso ayu–
da aun
á
los corazones mas Bspirituales
á
elevarse
á
Dios; y es
absolutamente necesario á las personas grosera\> para darles
una idea grande de la religion y hacerks amar el ejercicio de
ella. Cuando recordamos que el templo de
J
erusalen esta–
ba servido sucesivamente por tantos millares de L evitas,
y
que el servicio se hacia allí con tanta pompa
y
majestad, de–
bemos llenarnos de la mayor confusion al ver las Iglesias
en donde habita el cuerpo de
J.
C. tan mal servidas, en com–
paracion de aquel templo en el cual no habia mas que el ar–
ca de la Alianza."
Gerardo.-Yo
no comprendo con que designio Dios des–
ciende de los cielos
á
nuestros a.ltares.
E liseo.-Es
para que en su comunion el hombre encu·
entre un padre amoroso, un amigo consolador
y
un conducto1·
fiel que dirija sus pasos
p~r
en medio de las tinieblas de
esti