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clnd, empeüo que hace
tom~r
á cada uno en los términos siguien–
tes.
"Prometo, con la asistencia divina, abstenerme de todo li–
cor que emborrache,
é
impedir, en cuanto sea posible, que otros
se emborachen." Despues de estas palabras, el hermano l\fateo,
imponiendo las manos
á
cada uno de ellos, exclama: "Que Dios
bendiga
á
U., y le dé la gracia de cumplir con su promesa." Les
destribuye tambien una. pequeña medalla, cuyo objeto es recor–
darles sin cesar esta prome,¡a.-El lenguage del hermano Mateo
es sencillo, rnas inspirado por la fé, y esto explica los admi–
rables efectos que obrn. "Queridos amigos", decia no hace mu–
cho el apóstol dirigiéndose á la muchedumbre, "experimento
un gran placer en hallaros hoy. Espero que pondréis tanto
cuidado en cumplir vuestr•> empeño, como lo poneis en tomarlo.
No es necesario qu11 enumere las muchas ventajas que obten–
clréis absteniéndoos de licores fuertes. Ellos son la causn. de
los males, de los crímenes que uno tiene en horror en los mo–
mentos de sobriedad.
Siendo miembros de la sociedad, espero
que seréis respetuosos para con las leyes de Dios y las de los
hombres. Absteniéndoos del pecado de la borrachera, debeis
tambien despojáros de los otros hábitos viciosos: paseos noc–
turnos, últrajes, etc. etc".-No estrañarás la ereccion de aso–
ciaciones de templanza
y
la creacion de hospitales para borra–
chos en los Estados "Gnidos cuando sepas que en 1868 fueron
conducidas por la embriaguéz 150,000 personas á priliion,
la embriaguéz causó 1,000 casos de enngenacion mental, 1,500
asesinatos y 2,000 suicidios.
Gerardo.-Ahora
conzoco que el hombre solo se distingue
por la virtud;
el
trage lo mismo puede vestirlo el grande que
el mendigo; aquella es la única prenda personal: ahora conozco
que con grandes talentos, tambien se pueden perder los hom–
bres y arruinar los pueblos: con grandes virtudes, no puede ser
desgraciado un hombre, ni pequeño un pueblo: ahora conozco
que el hombre ama naturalmente lo que es bello y lo que es gran–
cle,
y
nada hay mas bello y mas grande que la virtud. Viendo
Mirabeau .que la mayor parte del clero francés no queria a–
postatar, Jurando la malhadada
co11stitucion
eii:il
del clero,
di–
rigiéndos~
á sus partidarios, les dijo: "Nosotros nos quedamos
con su dmero, pero ellos conservan su honor".
Siempre la
virtud honrará al hombre.
Eliseo.-Amigoe,
aprovechad la última luz del astro noctur–
no, para regresar á vuestros hogares: mañaña trataremos de los
hombres mas utiles
á
la sociedad: de aquellos hombres que
por medio de la mornlizacion impiden que los pueblos atrai–
gan sobre sí la eólora celestial, pues nadie ignora que la única