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reali.zacion del bien? La autoridad, pues como dije la auto–

ridad

y

la libertad, no son rivales, sino que la una se halla en

razon directa ele la otra. Con respecto

á

los niños, la autori–

dad de los padres dasvia los obstáculos físicos y morales, con

respecto

á

los júvenes la autoridad ele los maestros los saca de

la

ignorancia propia de su edad, con respecto

á

los ciudadanos

la autoridad civil les hace justicia,, con respecto á los cristia–

nós la, autoridad del confesor dirije su conciencia, guiándola

por la senda de la virtud,

y

apartándola de los clespflñaderos

del vicio, con respecto á la. alma humaua la gracia divina edu–

ca sus facultades intelectuales y modifica los mejores afectos del

corazon, y los consagra folizmente á la gloria del Redentor. El

deber religioso es, por decirlo así, el punto de sujecion del hom–

bre y su centro de gravitacion, de donde procede toda la série

de sus deberes, con relacion á Dios,

á

sí mismo, á la familia,

á la patria y

á

la humanidad.

Giúllenno.-Dios

es el sumo bien, el sumo bien es el blan·

co de nuestra voluntad, es el centro de nuestra dependencia,

y

nuestra libertad consiste en desarrollarnos en este centro parti–

cipando de la naturaleza misma de Dios. Esta dependencia,

dice Agusto Nicolás, es la esfera misma de la libertad, lama!

yor libertad imaginable, el reino de

Dios

sobre la tierra, es la

esfera cuyo centro se halla en todas partes y su circunferencia

en parte alguna, es la esfera de la verdad, del bien, de lo be–

llo, dtl la vida, del ser, es el

océa.no

sin riberas en que vivimos,

nos movemos y nos desarrollamos. Ahora recuerdo lo que con

tanta sa.biduria decia Tocqueville: "La religion es .el primer ele–

mento de la escuela norte-america11a, porque la religion es la

primera base de la libertad. Tambien Ciceron, aunque pa–

gano decia: "Nosotros somos religiosos así podemos ser libres."

Gerardo.-Quedamos convencidos de esta verdad: y al ver

las aYecillas bulliciosn,s que cantan en la enramada, las tór–

tolas que se arrullan tiernamente en la hendedura de los pe·

ñascos, las mariposas que revuelan en torno de las .flores,

todo enseña al hombre con el lenguaje poético ele la natura–

leza esta verdad amarga y desconsoladora: "Tú solo rey de la,

creacion, objeto predilecto del Criador,

solo te has rebe–

lado contra la ley eterna que rije loe espacios; tú solo te has

declaraclo independiente del Dios de los cielos; tú s0lo has

podido abusar de tu libertad en E'l órclen religioso, moral y

fí–

sico, destruyendo tus creencias, abanclonánclote al vicio,

malo~

grando tu salud, fundando tu progreso en tu decadencia, tu

fuerza en tu debilidad, tu gloria en tu miseria, tu reino en

tu.

ruina.