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37.

A ·rgumcnto segunda.

E l Señor elijo

á

Pedro-"yo he rogado por

tí,

para que

t u fé no perezca; y

tCt

cua nd o te conviertas, confirma en

ella á tus hermanos." S i Pedro, ó el Romano Pontífice no

fuera infalible en los decretos dogniáticos, la oracion de Je–

sucri sto habría sido inefi caz; y si la Iglesia pud iera refor–

mar tales decretos, seria ella infalible en cuanto se distin –

g uía de su cabeza, y se inver tirí a el órden establecido por

Jesucristo, ó no seria Pedro quien coñfirmase en la fé á sus

hermanos, sino estos á Pedro.

38.

Contestaciou.

Si nuestros lectores se toman la molest ia de rejistrar el

pasaje del evangelio, y es el cap.

QQ

de San Lucas, y re–

cuerdan la conducta de San Ped ro en los años posteriores,

y

su ardiente celo por Jesucristo, se convencerán

á

poca di–

lijoncia de la exactitud de lo que vamos á decir-

Jesucristo

predice

á

Pedro, que cometería una falta,

y

se

levantaría,

encargándole que ello le sirviese para confirmar á sus her–

manos. Pedro comete la grave falta de negar

á

stl maes–

tro; se arrepiente,

y

en adelante da muestras mayores que

los demas apóstoles, y en presencia ele ellos, ele su ardiente

fé. Cuando los mas de ellos se hallaban vacilantes y aun

incrédulos respecto de la 1·esurreccion de Jesucri sto, Pedro

corre al sepu lcro

y

entra en él;

y

cuando en otra ocasion

varios de e ll os supieron en la barca, que J esus resucitado

se hallaba en la ribera, Pedro se arrojó al mar para llegar

donde él. Posteriormente, Pedro se distingue por su celo:

antes que todos toma la palabra en el dia de Pentecostes;

Pedro convierte

á

muchos en Jerusalen,

y

siempre con fer–

viente amor al Salvador, dice que no hai otro nombre que el

de Jesus para salvarse. Tenemos pues realizada la profe–

cia de Jesucristo, cumplido el encargo que Pedro recibió,

y

consumado el hecho,

ó

enteramente verificado en la persona

de Pedro. Por eso, el venerable Bcda entiende el

non

dift–

ciet f ides tua,

del arrepentimiento de Pedro despucs de la

negacion,

y

esplica las palabras

co¡¡ji?'lna fratres tuos,

en

cuanto P edro debía al entar

á

los débi les con el ejemplo de