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yo, podía éste h acerlo, y enviar legados que juzgasen con
los obi sp os." Segun esto, el Concilio de Sarclica conced e a l
Papa J ulio un derech o nuevo en honra de S . Pedro-S.
Pe~
tú az;ostoli memorianz hono·remus;
y
en el caso Je querer
·enviar un legado, dice el Concil io, que pueda h acerlo–
sil in potestate ipsius:
manera de h ablar que lej os ele supo–
n er un d erecho esencial · d el P rimado, introdu ce una no–
vedad.
VIII.
S in embargo de lo dispuesto en el Concilio de
s~rd ica
á fa vor del Romano Po ntífice, no piensen nuestros
l ectores, que tal pri vilejio fu ese r econocido y practicado
e n todas las iglesias. E l Concilio
l.
0
d e Cons tantinopla, ó
segundo general, supone como una cosa clara
y
de antem:1- ·
no prescrita por el Conci li o niceno, qu e "al Co ncilio provin–
cial le tocaba la administ>·acion d e
la provincia;"
y
despues
de mand ar <]Ue " la acusacion contra un Obispo se h aga aa–
te los Obispos de la provincia," pt·evienc,
<]UC "si estos no
pued en corregir los crímenes atribuidos al obisp o, ocurran
á un Sínodo mayor de los obispos del patriarcado." Para
nada se h a¡:e menciou del Romano Pontífice, como d ebiera
ser, si tu viera un d erecho esencial.
IX. En adelante verán nuestros lectores alg un a
m–
rieclad d e conducta en
los Romanos Pontífices. CelestiCJ,
discípulo de Pelagio, fué cond enado en un Concilio de Car–
tago: npeló al Papa I nocencia I; pero d esis tió luego de str
apelacion. Otro Concilio posterior de la p rovincia carta-g i–
nen se condenó de nuevo á P elagio
y
Celes~io;
d e lo que di e –
r on aviso á Inocencia,
e¡
trien aprob6 lo hecho, ó condenó
lo que los obispos afri canos habían co ndenado.
Celestio.sed irij ió á Zosimo, sucesor d e Inocencia, no pn
ra seguir laa pelac ion desierta, segun obser va B inio, sino para quejarse
d e sus acusadores. E l Papa le <tcoj ió favo rablemente, "se–
ñalando dos meses
á
los acusad ores para venir á Roma; lo·
que si no suced ía., se r eputaria como prueba d e la inocencia
<le Celestio." Los obispos •e <]Uejaron al Papa de semejan–
te p roceder, ó de <]Ue pusiese en nuevo examen una causa
terminada por el juicio d e la Iglesia africana,
y
de la roma–
na en tiempo de Inocencia;
y
á fin de evitar que el Papa de–
clarase inocente á Celestío
y
á Pe lagío, si no iban los acusa–
d ores,
y
para evitar fraudes, enviaron un eclesiástico con los
d ocumentos necesarios. Celestio fugó,
y
el Papa le coJl(le-