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9.

Es fa lso que al Papa le co·r·respondiera la eleccion det

Bm:pe?·ado?·.

Fuera de lo dicho

á

este

p~¡opósito

en la Disertacion 2. "'

de la

1.

"'par te, vamos

á

considerar un arg ume nto q>te po·

nen los de la Cu ria, para convencer, qu e el Papa elegia a

1

E mperad or, ó tenia g ran parte é influj o en su eleccio.n; de

donde resultab>\ que podia imponerle condiciones ,

y

por

consiguiente deponerle en el caso en que las violára. "Al

disponer Ca rio :Magno de sus estados entre sus hijos, calló

acer ca del títu lo de E mperador, porque esto no dependia

de su voluntad, sino de la eleccion del Papa."

Para contestar

á

este argumento, no hai mas que rejistrar

la historia, donde leemos asi-"al fin de sus dias pensó Car–

los en trasmitir su dignidad -al que la naturaleza le habia

designado por heredero. Para ello tuvo en Agosto de813 una

asam bléa,

á

laque propuso d ar el título d e E mperador

á

Luis

su hij o; lo que fue reci bido con aplauso, como una inspira–

cion divina. A l otro dia, estando Luis en la Iglesia, tomó

con sus propias manos, por órdcn d e su padre, la corona de

sobre el altar,

y

se la puso en la cabeza, para mostrar, que

no p1'etendia te nerl a sino d e Díos." Vease pues, que aunque

Cario Magno reservaba para despues disponer d e la digni·

d ad imperial, no era por reconocer en el Papa el derecho de

elejir al E mperador, sino que se dirijia

á

la asambléa de los

príncipes d el imperio, cuidando. de acreditar, que la obte–

nia sin la intervenciori del Papa. Quien asi obraba, estaba

mui distante de creer, que el Papa le hubiese hecho

á

é l

Emperad or, ni d e seña lar

á

sus sucesor es el camino de Ro–

ma, para recibir ahí el nombre ·

y

la dignidad de Emper a–

dor. Luis ocupó solo el imperio en 814,

y

era Emperador

antes d e que en 8 16 fu ese coronado por el Papa Estevan

IV.

1O.

Consec¡¡encia de to dicho.

Baste lo espuesto, para que nuestros lec torPs queden con–

vencidos, de cuan infundado es el

derecho publico,

que se

inventó para esplica r la conducta de G regario

VII.

Un jui–

ciosc esc ritor ha observado con este motivo, que "si los so–

beranos hubiesen sabido concentrar sus medidas,

y

reunir