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-!33~ -

destronó-

teulonico•·am

et ltalim g 11bernac11lt; cont•·.adi·

co .....vi·nculo eum a·nathernati;· atligo.

Adcmas, si la deposicion era una consecuel)CÍ<t natural

<le la excomunion , qui.tada la causa, cesarí a el efec to, por lo

menos, cuand o no hubiese pasado el a ño d e excomunion;

y

absuelto En rique d e ella, por eso mismo, por eso solo, ha–

hria quedado

rehabilita~lu

en

imperio,

y

no fllé así. En–

rique humillado en Canosa fu é absuelto d e la excomunilln

antes de cllmplido el año d e la cen sura,

y

permaneció de–

puesto del imperio; teni endo cuidado el mismo G regorio de

hacer saber en su Concilio de l 080 que " aunque había ab–

suelto

á

E nrique de la excomuni on, no le ba bia d e vuelto el

reino, ni intimad o

á

sus subclitos el deber ele la fidelidad." ·

L eng uaj e tan es preso

y

tan confiado tlesechaha con alti,•ez

las es plicaciones posteriores,

y

desconocía ó no hacia caso

de las leyes del ·imperi o.

P et·o a un supon iendo, y reconociendo dicha lei, 'si e n vir–

t ud d e ella debía quedar d epuesto E nrique, perma neciendo

un año en la excomunio n, los prí ncipes no habrían tenido

á

Emique pot· depuesto a ntes d e cumplirse el año. Luego,

á

juicio de ell os, la deposici on decretada por el Papa habria

ca recido de virtud, por no hall a rse veríficada la condicion

de la lei. Pero E mique estaba depues to por Gregario; lue–

go en rigor, no nos cansemos d e d ecirlo, la sentencia del

P<tpa no se fund aba en el cumplimiento de las leyes impe–

riales, ó en el

de.·ecltv publico.

Y tan ci Erto, qu e los mismos

príncipes del imperio hacían poco ó ningun caso de esas

leyes ó de ese derecho; pues cuando se quejaron, en com–

pañia de su Rei Rorlolfo, al P apa G regario contra el d e·

puesto Enrique, que apoyarlo en sus ej ércitos, entró de

nuevo

á

manda r, no invocaron el d erecho público ó las le–

yes del imperio, sino " la deposicion decretada por el Papa

con autorid ad apostó li ca.

Apostólica

llamaba el Reí Ro–

dolfo, con los príncipes

u

el imperio, la a utoridad con que el

Pontífi ce depusiera

á

E nrique, es decir, que hablaba n e l

¡H·opio lenguaje tle Gregario VII.

S.

Co11siderase un m·gumenlu.

Hai cu rial istá.s qu e hacen mé rito de ciertos actos que lla·

¡nan "solemne s, en que soberanos indepen dientes se decla-